Así derribó Carl Sagan las teorías terraplanistas: una simple explicación irrefutable que querrás compartir en todas tus sobremesas

Ciencia

En 1980, el divulgador científico demostró la forma esférica de la tierra en la popular serie 'Cosmos', con una teoría de hace más de 2000 años

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Carl Sagan, en una imagen de la Planetary Society.

Carl Sagan, en una imagen de la Planetary Society.

CC0

Cuando Carl Sagan realizó su serie de televisión Cosmos: un viaje personal, había pocas personas que defendieran pública y vehementemente la teoría de que la Tierra es plana. En aquella época no había internet ni redes sociales, y las noticias que aparecían en la prensa se contrastaban mucho más que ahora.

Pero el divulgador neoyorquino no pretendía entrar en debates estériles ni rebatir preceptos infundados, sino que se dedicaba a difundir ciencia desde su posición de profesor de la universidad de Harvard, así como en los medios de comunicación.

Carl Sagan, en una imagen de 1988.

Carl Sagan, en una imagen de 1988.

CC0

En un capítulo de la serie Cosmos: un viaje personal, Sagan habla de historia antigua y de los orígenes de la astrofísica. Concretamente, habló de Eratóstenes, un astrónomo, historiador, geógrafo, filósofo y matemático que vivió en Alejandría. Incluso dirigió la legendaria biblioteca de la ciudad. 

Estando en la gran biblioteca, Eratóstenes leyó un documento en el que se relataba un curioso fenómeno que se podía apreciar el día más largo del año. 

Una observación milenaria

Las sombras revelan la curvatura de la Tierra

En un lugar de Siena (Asuán), la ciudad más meridional de Egipto, un observador se dio cuenta de que el día del solsticio de verano, justo en el punto del mediodía, las columnas perdían la sombra y los rayos zenitales del sol iluminaban por completo el agua de los pozos, pues incidían de forma totalmente vertical.  

Eratóstenes se fijó en aquella observación y quiso comprobar si, en Alejandría, a 800 kilómetros de Siena, en el mismo momento del año, una vara vertical tenía sombra o no. Y comprobó que sí, allí sí había sombra. 

El obelisco del sur no proyectaba sombra, el del norte, sí.

El obelisco del sur no proyectaba sombra, el del norte, sí.

“La única respuesta es que la superficie terrestre es curva”, corrobora Sagan en el capítulo de Cosmos. “A mayor curvatura, mayor diferencia en la longitud de la sombra”. 

Esta observación le sirvió a Eratóstenes para calcular el tamaño del globo terráqueo. Por la diferencia entre ambas sombras, el científico calculó que entre Siena y Alejandría había 7 grados de diferencia, aproximadamente 1/50 de los 360º de circunferencia de la Tierra. Si entre aquellas dos ciudades había 800 km de distancia (contrató a un hombre para que lo midiera andando), multiplicar por 50 esa cantidad resulta en que la circunferencia completa sería de 40.000 kilómetros. No solo constató que la tierra es (más o menos) esférica, sino que fue lo suficientemente inteligente para medirla. 

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