Los científicos descubren un agujero negro ultramasivo que desafía los límites conocidos del universo

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Con 36.000 millones de masas solares, este coloso cósmico en la galaxia “Herradura Cósmica” curva la luz de toda una galaxia lejana formando un espectacular “anillo de Einstein”

Representación artística del despertar del núcleo de la galaxia SDSS1335+0728 que se observó en 2019, cuando el agujero negro supermasivo que se halla en el interior empezó a devorar materia

Representación artística del despertar del núcleo de la galaxia SDSS1335+0728 que se observó en 2019, cuando el agujero negro supermasivo que se halla en el interior empezó a devorar materia

ESO/M. Kornmesser

Los astrónomos han identificado lo que podría ser el agujero negro más grande jamás observado, con una masa equivalente a 36.000 millones de veces la del Sol. Su gravedad es tan descomunal que curva la luz de una galaxia situada detrás, formando un anillo de Einstein casi perfecto. Este fenómeno no solo lo convierte en una joya de la astrofísica, sino que también lo coloca al borde del límite teórico superior del tamaño de estos objetos en el universo.

El hallazgo, publicado en Monthly Notices of the Royal Astronomical Society, ha sido descrito por Thomas Collett, astrofísico de la Universidad de Portsmouth, como “muy posiblemente el más masivo” de los diez agujeros negros más grandes conocidos. La magnitud de la medición se debe a la singular configuración del sistema, situado en la galaxia conocida como Cosmic Horseshoe o “Herradura Cósmica”.

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Este monstruo cósmico reside en una de las galaxias más masivas detectadas, considerada un “grupo fósil” fruto de la fusión de antiguas galaxias y sus agujeros negros centrales. Según Collett, el objeto representa “el estado final” tanto de la formación de galaxias como de agujeros negros. Su posición, a unos 5.000 millones de años luz, y su carácter inactivo habían dificultado enormemente su detección.

La observación fue posible gracias a una combinación de lentes gravitacionales y análisis de cinemática estelar. Este método permitió medir la masa del agujero negro estudiando la velocidad de las estrellas que orbitan en la galaxia que lo alberga. Carlos Melo, de la Universidad Federal de Rio Grande do Sul y autor principal del estudio, destacó que “este enfoque nos permite medir agujeros negros ultramasivos incluso cuando están completamente silenciosos”.

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Estamos viendo la forma final de un agujero negro

El fenómeno del “anillo de Einstein” en la Herradura Cósmica ocurre porque la luz de una galaxia de fondo se distorsiona por la gravedad extrema de otra galaxia en primer plano, que actúa como una gigantesca lente natural. La alineación casi perfecta de ambos objetos con la Tierra ha permitido observar el efecto con una nitidez excepcional.

El tamaño de este agujero negro no es casual: los científicos sostienen que existe una correlación directa entre la masa de una galaxia y la de su agujero negro central. A medida que las galaxias crecen, canalizan más materia hacia estos objetos, lo que alimenta su expansión. Sin embargo, el proceso exacto por el que alcanzan estas dimensiones sigue siendo uno de los grandes enigmas de la cosmología.

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Algunos agujeros negros supermasivos se han detectado en etapas tan tempranas del universo que, en teoría, no deberían haber tenido tiempo suficiente para acumular tanta masa. Este descubrimiento aporta pistas sobre cómo las fusiones galácticas podrían ser un mecanismo clave para explicar la existencia de estos titanes cósmicos que parecen desafiar las leyes de la física tal como las conocemos. 

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