Leonardo da Vinci sentó las bases para Google Maps cinco siglos antes de que existiera: “El conocimiento de todas las cosas está en la posibilidad de verlo todo”

Da Vinci

Mucho antes de la era digital, el genio florentino transformó la cartografía con una precisión que anticipó la mirada global de nuestros mapas en línea.

Leonardo da Vinci sentó las bases para Google Maps cinco siglos antes de que existiera: “El conocimiento de todas las cosas está en la posibilidad de verlo todo”.

Leonardo da Vinci sentó las bases para Google Maps cinco siglos antes de que existiera: “El conocimiento de todas las cosas está en la posibilidad de verlo todo”.

Dominio público

Cinco siglos antes de que una constelación de satélites mostrara en la pantalla de un teléfono la silueta precisa de cualquier ciudad, un hombre trazó a mano mapas tan exactos que podrían confundirse con una captura digital. No disponía de cámaras aéreas ni de GPS, solo de compás, pluma y una extraordinaria capacidad para observar y medir. Ese hombre era Leonardo da Vinci.

Aunque el imaginario popular lo recuerda como pintor y creador de ingenios mecánicos, Leonardo dedicó parte de su vida a la cartografía. En 1502, al servicio de César Borgia, elaboró el mapa de Imola con una precisión inédita para la época. 

Los hechos ocurrieron en la calle Leonardo da Vinci sobre las 21:00 horas

Calle Leonardo da Vinci en Google Maps.

Google Maps

A diferencia de los planos simbólicos que predominaban entonces, su representación de la ciudad se basaba en cálculos geométricos obtenidos a pie de calle y trasladados a una proyección radial que permitía verla como si se sobrevolara desde el aire. El objetivo era ofrecer una herramienta fiable para planificar defensas y movimientos militares sin necesidad de entrar en la ciudad.

El resultado, conservado en pergamino, muestra una Imola con calles y edificios en su posición exacta, proporcional y orientada con rigor matemático. Su metodología se adelantó siglos a las técnicas modernas, anticipando la visión cenital que hoy consideramos natural.

El resultado, conservado en pergamino, muestra una Imola con calles y edificios en su posición exacta, proporcional y orientada con rigor matemático

En los años siguientes, Leonardo aplicó este enfoque a regiones enteras, como la Toscana. Sus mapas integraban cursos de ríos, relieves montañosos y redes de caminos con un sentido de la escala inusual en la Europa del siglo XVI. En un tiempo en que los mapas combinaban realidad y elementos imaginarios, él apostó por una representación objetiva, donde la observación sistemática era la base del conocimiento.

El culmen de su trabajo llegó en 1514 con la creación de un mapa mundial concebido con una proyección denominada “octante”. Dividió el globo en ocho segmentos curvos para reducir las distorsiones y mostrar la superficie terrestre de manera más coherente. En su planisferio figuran África, Europa, Asia y una masa continental que algunos historiadores interpretan como América del Sur, apenas dos décadas después del primer viaje de Colón. Este modelo de representación no encontraría paralelo en la cartografía hasta varios siglos más tarde.

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Abrir hoy Google Maps y desplazarse de una calle de Imola a la cordillera de los Andes en segundos es reproducir el mismo impulso que guio a Leonardo: comprender el mundo a través de una visión amplia y precisa. Su pensamiento queda reflejado en una frase que escribió en sus cuadernos y que resume la esencia de su cartografía: “El conocimiento de todas las cosas está en la posibilidad de verlo todo”.

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