Durante décadas, el impacto de un asteroide contra la Tierra ha sido un recurso habitual en el cine más comercial. Hoy, sin embargo, la ciencia lo considera un escenario posible. Tras el éxito de la NASA en 2022 al modificar la trayectoria de un asteroide con la misión DART, China ha decidido dar un paso decisivo: desarrollar su propia misión de defensa planetaria.
El plan, que se pondrá en marcha este mismo año, contempla el lanzamiento de dos naves con funciones complementarias: la primera realizará un reconocimiento detallado del asteroide, recopilando información clave sobre su composición y desplazamiento. Por otro lado, la segunda ejercerá de impactador cinético, golpeando deliberadamente el objeto para desplazarlo entre tres y cinco centímetros de su órbita.

Ilustración artística de un asteroide
Si la misión prospera, Pekín se convertiría en la segunda potencia mundial en demostrar la viabilidad de una estrategia para proteger a la Tierra de amenazas cósmicas, reforzando así su peso en el ámbito de la seguridad y la exploración espacial.
Además, no se trata de un simple ensayo aislado. Wu Weiren, diseñador jefe del programa lunar chino, asegura que el objetivo es más amplio: establecer un sistema integral de alerta temprana que permita detectar, monitorizar y desviar cuerpos potencialmente peligrosos.
La defensa planetaria, un reto que no entiende de fronteras
La defensa planetaria se suma así a la agenda espacial china, cada vez más ambiciosa. La misión Tianwen-2 es una prueba de ello: visitará el asteroide 2016 HO3, tomará muestras de su superficie y las traerá de vuelta a la Tierra, una operación que exige un alto nivel tecnológico y que solo un reducido número de países es capaz de emprender.
En paralelo, la potencia asiática mantiene programas de exploración planetaria, como el estudio de Marte y de las huellas de antiguos ríos que aún persisten en su superficie. Aunque la competencia con EE.UU. es evidente, Pekín no cierra la puerta a una posible cooperación global. Al fin y al cabo, la defensa planetaria es un reto que afecta a toda la humanidad, y cualquier avance representa un beneficio común.