No hay día que nos levantemos por la mañana sin una noticia revolucionaria en el mundo de la inteligencia artificial o de los dispositivos electrónicos. Esta vez afecta a los dos ámbitos, ya que el gigante de las tarjetas gráficas Nvidia sale de su zona de confort para presentar el PC de sobremesa más potente del mundo, al que ha bautizado como DGX Spark.
Se trata de un superordenador personal del tamaño de un miniPC que es capaz de procesar datos como una estación de trabajo con un poder computacional para inteligencia artificial que se sale de todos los límites de lo que podríamos tener actualmente en casa. El primero en tenerlo ha sido un entusiasmado Elon Musk, que ha recibido su unidad de manos del CEO de Nvidia, Jensen Huang.
Huang regala la primera unidad del DGX Spark a Elon Musk.
Cabe aclarar que este no es un ordenador normal, no es un simple PC con Windows, así que habría que pensárselo dos veces antes de valorar si lo compramos o no. Y digo “dos veces”, porque la primera duda sería el uso que le podríamos dar, y la segunda, su precio de venta al público: 3.999 dólares en EEUU, lo cual se traduce en cerca de 5.000 si lo compramos desde España y lo queremos con monitor, teclado, ratón y todo el pack completo, a lo que habría que sumarle el IVA.
En realidad, se trata de una estación de trabajo pensada para estudiantes avanzados, investigadores, diseñadores, arquitectos y otros profesionales que requieren un gran poder de proceso de datos. La idea es que el usuario trabaje con su ordenador como siempre, pero a la hora de renderizar, calcular o llevar a cabo procesos ultracomplejos, se traslade la carga de trabajo al DGX Spark, que devolvería los resultados al PC.
La nube en casa
Jugada maestra
Si la jugada le sale bien a Nvidia —todo apunta a que sí, a juzgar por la demanda inicial—, nos encontraríamos ante un cambio rotundo en las reglas del juego, como siempre, a favor de las big techs. Si, actualmente, los cerebros de la IA se sustentan sobre grandes centros de datos con millones de ordenadores superpotentes que compra la gran empresa para dar su servicio, —con el gasto material y energético que ello conlleva—, ahora Huang se ha propuesto descentralizar los trabajos y los gastos haciendo que el usuario pague no solo por la máquina que le procesa la IA, sino también por la factura energética. Jugada maestra.
Y es que, con su potencia de IA de un petaflop, el DGX Spark es capaz de procesar en local los grandes modelos generativos más importantes, como los de DeepSeek, Meta, NVIDIA, Google, Qwen, así como cualquiera que sea de código abierto y pueda adaptarse. Hasta ahora, los ordenadores de uso doméstico, oficina o empresa se tenían que conformar con versiones destiladas y reducidas de los LLM para poder trabajar. Al adquirir el DGX Spark, los usuarios no solo tienen acceso directo a los modelos, sino que tendrán la capacidad, si quieren, de refinarlos y personalizarlos para crear y entrenar sus propias inteligencias artificiales, adaptadas a las tareas que ejecuten habitualmente.
El DGX Spark está pensado para trabajar junto a tu ordenador, no para sustituirlo.
Las especificaciones del DGX Spark son asombrosas para lo que estamos acostumbrados: 128 gigas de RAM, procesador ARM de 20 núcleos, almacenamiento de 4TB en una sola unidad SSD NVMe y, la especialidad de Nvidia: un procesador gráfico (GPU) GB10 Grace Blackwell Superchip, diseñado especialmente para la IA.
En conclusión, lo que permite este superordenador es usar las IAs más potentes sin necesidad de recurrir a la nube, con las ventajas de rapidez y privacidad que ello conlleva. Una vez procesado el proyecto y obtenidos los resultados en local, el usuario puede decidir si los sube a la nube para más seguridad o mantiene todos los datos en su posesión.


