Ahora que la Inteligencia Artificial ya se ha establecido como una realidad, con opciones como ChatGPT, Grok, Gemini y DeepSeek batallando por superar cada vez más sus modelos de lenguaje, la carrera de la IA está comenzando a virar hacia otro lado: su aplicación en el mundo real.
Hace unos días, OpenAI dio un gran anuncio. La empresa de Sam Altman se asoció con Jony Ive, el diseñador del iPhone, para crear ”la mejor pieza de tecnología que el mundo verá jamás”. Por lo que sabemos de momento, se trata de un “tercer dispositivo” que se complementará con los smartphones y los portátiles, e incluso podría sustituirlos en el futuro. Sin embargo, las primeras filtraciones dejan claro que podría quedarse muy atrás de lo que se espera.
Sam Altman afirmó ante empleados de OpenAI que este nuevo aparato “podría aportar un trillón de dólares de valor a la compañía”. Un objetivo tan ambicioso como, sin embargo, demasiado vago. El dispositivo aún no tiene nombre, ni fecha de lanzamiento, ni una funcionalidad claramente definida... pero lo que sí tiene son grandes aspiraciones. No será un teléfono ni un ordenador, sino un asistente de IA que “entienda tu contexto” y actúe como una interfaz inteligente para tu día a día. O, al menos, eso es lo único que se nos ha dicho.
Pero gracias a Ming-Chi Kuo, analista tecnológico que ha tenido acceso privilegiado a las investigaciones de OpenAI, ya podemos saber algo más de esta futura máquina. Tal y como explica en X, el prototipo actual es “ligeramente más grande que el AI Pin de Humane, con un factor de forma tan compacto y elegante como un iPod Shuffle.

Jony Ive y Sam Altman conversan en un bar de San Francisco.
Además, en su filtración añade que “uno de los casos de uso previstos es llevar el dispositivo colgado al cuello” y que, “aunque no tendrá pantallas, podría incorporar cámaras y micrófonos para detectar el entorno”.
Básicamente, el aparato revolucionario que están trabajando conjuntamente OpenAI y el diseñador del iPhone es, por tanto... un collar tecnológico con sensores. De momento, esto recuerda peligrosamente al fallido AI Pin de Humane, el primer dispositivo de IA portátil que buscaba “sustituir a los smartphones” y terminó siendo un desastre absoluto. “Más gente lo devolvió que la que lo compró”, comentaron entonces.
Teniendo en cuenta que el anuncio de este desarrollo llegó justo después de que Google lanzara sus últimas novedades, cada vez parece más claro que fue una estrategia de distracción más que una revolución real. Aunque está claro que el futuro de la IA pasará más por el hardware que por el software (y con eso me estoy refiriendo más a robots que a collares), por el momento no parece que estemos cerca de conseguir algo mínimamente cercano a un iPhone sin pantallas.