“La humanidad va a transformarse completamente”: Anton Osika es la esperanza europea para la era de la IA; ha creado un unicornio de 2.000 millones en unos meses
Inteligencia Artificial
De la física de partículas a un unicornio de 1.800 millones de dólares, el fundador de Lovable está redefiniendo las reglas del juego tecnológico en Europa con su idea del “vibe coding”, y al mismo tiempo está replanteando la imagen del CEO tecnológico, muy lejos de los arquetipos de Silicon Valley
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Anton Osika, CEO y fundador de Lovable.
Hay una anécdota de Anton Osika, fundador de Lovable, la startup europea que más rápido ha crecido en la historia, que ilustra bastante bien no solo su manera de pensar y sentir la tecnología, sino también su manera de estar en el mundo: en un perfil de Sifted, Osika reconocía que su anillo wearable no es solo un anillo con que seguir sus métricas vitales. También es su anillo de compromiso. ¿Está Osika comprometido con su pareja? ¿O lo está con la tecnología? Seguramente, con ambas.
El emprendedor sueco no encaja en el molde de fundador de Silicon Valley. Su viaje arrancó entre ecuaciones de la física de partículas del CERN, formación que le confirió rigor analítico y que ahora aplica para revolucionar un campo aparentemente ajeno: la creación de software.
A los mandos de Lovable, compañía ya valorada en 2.000 millones de dólares, se ha convertido, en palabras de Sifted, en “el chico póster de las startups de IA europeas”. ¿Su misión? “Permitir que cualquiera pueda construir”. Para ello, ha ideado un concepto: el vibe coding, término que emplea para referirse al hecho de programar simplemente expresando una idea.
Licenciado en Física en Hong Kong y con un máster en el KTH Royal Institute of Technology de Estocolmo, su paso por el experimento ATLAS del CERN le enseñó a pensar en sistemas complejos y a basarse en datos; mentalidad que trasladó al sector tech, primero como ingeniero en la startup de edtech Sana Labs y luego como Director de Tecnología en Depict.ai, empresa que triunfó en la aceleradora de startups Y Combinator. En 2023, y observando el avance de la IA, sintió que su trabajo ya no estaba en la vanguardia. Convencido de que “la humanidad va a transformarse completamente”, decidió apostar por una idea radical que llevaba tiempo madurando.
“El fin no es más código, sino más creadores”, resume Osika, destacando su enfoque democratizador de la tecnología
Esa idea se materializó en Lovable, plataforma que permite a cualquier persona, sin conocimientos técnicos, crear aplicaciones funcionales describiendo su propósito en lenguaje natural. El concepto de vibe coding es su piedra angular: la IA interpreta la “vibra” o la intención del usuario y se encarga de la implementación técnica. La validación llegó de forma explosiva. Un prototipo de código abierto que creó en un fin de semana, GPT-Engineer, se hizo viral en GitHub de la noche a la mañana. Ahí nació todo.
Lovable pasó de 0 a 50 millones de dólares en ingresos anuales recurrentes en menos de seis meses, hito sin precedentes en Europa, y lo hizo con un equipo de tan solo 15 personas. Su filosofía la resume en una frase lapidaria: “El fin no es más código, sino más creadores”. Este enfoque democratizador atrajo una megainversión de 200 millones de dólares liderada por gigantes como Accel y los fundadores de Klarna y Slack, consolidando a Lovable como un actor global.
Anton Osika, CEO y fundador de Lovable.
“No da la impresión de un tech bro arrogante, sino la de un fundador bajo una creciente presión por tomar las decisiones correctas”, escribió la periodista Mimi Billing tras entrevistarlo
Como sea, el camino al éxito no ha estado libre de turbulencias. Un reportaje de Semafor alertó sobre vulnerabilidades de seguridad en algunas de las aplicaciones creadas por usuarios inexpertos. Osika asumió responsabilidades públicamente y su equipo implementó verificaciones automáticas y guías para los usuarios.
Su postura: “Debemos llegar a un punto en que solo una negligencia extrema… pueda generar un producto inseguro”. Esta gestión de la crisis, junto a su compromiso con el movimiento Tech for Good, sirvió para reforzar su imagen, aún más.
Como describió la periodista Mimi Billing tras entrevistarlo, “no da la impresión de un tech bro arrogante, sino la de un fundador bajo una creciente presión por tomar las decisiones correctas”. Su historia, aún en sus primeras páginas, ofrece un modelo de cómo un ingeniero europeo, con una visión audaz y un profundo sentido ético, puede cambiar las reglas del juego.
Antonio J. es escritor y cofundador y director editorial de www.rrefugio.com, agencia especializada en contenido, ecommerce, estrategia digital y branding.