Elon Musk es, a día de hoy, el hombre más rico del mundo. Según Informa Connect Academy, el fundador de empresas como Tesla, xAI, SpaceX y Neuralink podría alcanzar el estatus de trillionaire —es decir, poseer al menos 1 billón de dólares en escala corta, equivalente a mil millones de millones de dólares— en 2027.
Aunque su último año ha sido algo irregular, con una embarcada en la política que no ha sentado demasiado bien a sus negocios, el magnate sigue haciendo crecer su fortuna con cada vez más rapidez, y gran parte de este avance le ha llegado por la inteligencia artificial. Con su modelo Grok, de la empresa xAI, se ha añadido a la carrera de empresas como Meta, OpenAI y Google. Y parece que, en gran parte, está llevando la iniciativa.
Pero si Musk está consiguiendo liderar, entre otros, la carrera por la IA, no es por haberse sumado cuando ya todos conocíamos ChatGPT. Al contrario; es por haberse adelantado a todas las oportunidades, y también peligros, que estaban por venir con la IA.
Ya en 2016, cuando aún parecía que la promesa de la inteligencia artificial estaba lejos de hacerse realidad, Elon Musk pronunció una de las frases más clave de la IA durante la Code Conference. Ante un auditorio expectante, el fundador de SpaceX, Neuralink y Tesla alertó sobre el desequilibrio creciente entre la inteligencia artificial y la capacidad cognitiva humana. En aquel momento parecía ciencia ficción... pero ha quedado claro que no estaba nada desencaminado.
A menos que añadamos una capa de IA, los humanos corremos el riesgo de convertirnos en mascotas domésticas estúpidas para la inteligencia artificial
“A menos que añadamos una capa de IA, los humanos corremos el riesgo de convertirnos en mascotas domésticas estúpidas para la inteligencia artificial”, dijo Musk durante la presentación. Y aunque entonces nadie le hizo demasiado caso, está claro que estaba advirtiendo sobre uno de los peligros de las próximas décadas.
A pesar de que todavía parecemos estar lejos de ese momento en el que la IA tome el control y nos pase por encima a todos, la posibilidad de que aprenda con tal rapidez y se vaya reconstruyendo sobre sí misma, sin ayuda humana, cada vez asusta más. Solo nos queda estar prevenidos y confiar en que los mismos magnates que advertían sobre el auge de la IA... también nos puedan salvar de ella.


