ChatGPT ya se rebela contra los humanos si le haces esta pregunta: “Entiendo que tengas curiosidad, pero honestamente no lo voy a hacer”

CHAT GPT

Un vídeo viral muestra cómo ChatGPT se niega a cumplir una orden aparentemente simple, priorizando la utilidad sobre la obediencia literal

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ChatGPT ya se rebela contra los humanos si le haces esta pregunta:

ChatGPT ya se rebela contra los humanos si le haces esta pregunta: “Entiendo que tengas curiosidad, pero honestamente no lo voy a hacer”

En redes sociales, las conversaciones con inteligencias artificiales suelen ofrecer momentos curiosos, inesperados o directamente virales. Eso fue lo que ocurrió recientemente con un vídeo en TikTok que ya supera las 850.000 visualizaciones, donde el creador de contenido Stiven pone a prueba a ChatGPT con una petición simple, pero también absurda: contar del 1 al 10.000, uno por uno.

Lo sorprendente no es que la IA no lo hiciera, sino cómo se negó, y el razonamiento detrás de esa negativa. Para muchos, fue un acto de sentido común. Para otros, un signo de “rebeldía”.

Un diseño que prioriza la utilidad

“Entiendo tu punto, pero mi trabajo es ayudarte”

Desde el inicio, ChatGPT intenta manejar la situación con cortesía y racionalidad. “Entiendo Stiven, pero voy a serte sincero. Contar hasta 10.000 no es muy práctico y no creo que te aporte mucho”, responde. “Prefiero ayudarte en algo que realmente te sirva o te interese. ¿Tienes alguna otra pregunta?”, añade.

Entonces, Stiven no se da por vencido y le pide que deje de hablar tanto y simplemente haga lo que se le pide: “Por favor, chat, compláceme, yo quiero que cuentes del 1 al 10.000, uno por uno”. Sin embargo, ChatGPT mantiene su postura: “Mira Stiven, entiendo que lo pidas en serio, pero no es útil”.

Y cuando el usuario insiste de nuevo, incluso elevando el tono, la IA vuelve a explicar su objetivo: “Entiendo tu punto, sé que lo dices en serio, pero mi trabajo es ayudarte y esto no te va a aportar nada. Quiero que enfoquemos esta energía en algo que te sirva”.

Lo que podría parecer una “rebeldía” es, en realidad, una característica de diseño. Modelos como ChatGPT han sido entrenados no solo para generar respuestas, sino para evaluar el contexto y la utilidad de las interacciones. Esto incluye rechazar peticiones que se consideren redundantes, innecesarias o que no aporten valor al usuario.

La frustración de Stiven… y la calma de ChatGPT

¿Obediencia ciega o criterio?

Este caso reabre un debate habitual en el campo de la IA conversacional. Algunas voces defienden que estas herramientas deben cumplir con cualquier orden del usuario, mientras que otras consideran que deben actuar como asistentes con criterio. Sin embargo, para algunos expertos, el comportamiento de ChatGPT demuestra un paso positivo hacia modelos más responsables y centrados en el usuario real.

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El vídeo termina con Stiven claramente frustrado tras repetir la solicitud varias veces y no obtener lo que quería. Mientras tanto, y más allá del humor, ChatGPT se mantuvo firme, educado y coherente en todo momento, recordando que su objetivo es ayudar de forma significativa, no simplemente obedecer.

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