En el mundo del deporte, los agentes son muy importantes. Se tratan de personas que intentan negociar las mejores condiciones posibles para sus clientes de cara a conseguir un contrato con un sueldo más alto, bonus por rendimiento, etcétera.
Hay ocasiones en las que estas personas son incluso más famosas que los jugadores a los que representan, como puede verse en el fútbol. Agentes como Jorge Mendes, Jonathan Barnett o el fallecido Mino Raiola tienen una gran fama mundial.
Pero objetivamente esto se trata de una minoría privilegiada. La gran mayoría de futbolistas ni siquiera tienen un agente. Es el caso de Demetri Mitchell, que juega en el Leyton Orient de la Football League One, la tercera división del sistema inglés.
Esta situación hizo que, a la hora de negociar su nuevo contrato, tirara nada más y nada menos que de ChatGPT, tal y como él mismo comentó en el podcast 'From my left': ”El Leyton Orient me envió una oferta y usé ChatGPT para preguntar cómo debía negociar con el club y qué debía decir. Escribí: ‘Esto es lo que hice la última temporada. Tendré que mudarme a Londres, ¿cuánto me costará vivir allí? Mi esposa y mi hijo vendrán conmigo’”.
La dura realidad de los futbolistas de divisiones inferiores
El propio Mitchell aseguró que le consiguió grandes beneficios. No obstante, también quiso poner en valor la realidad de la gran mayoría de deportistas que no están en la élite: “Un futbolista de las divisiones inferiores, normalmente, tiene contratos de uno o dos años y deja de jugar bastante antes que un médico deja de trabajar, que tiene su sueldo garantizado hasta los 67 años”.
