La industria japonesa del anime siente la presencia demasiado cercana de la inteligencia artificial, lo cual podría suponer una amenaza para todas las familias que viven de la animación, en tanto que herramientas especializadas podrían realizar historias completas sin la intervención de ningún humano.
Esta inquietud, más que justificada, nace del extraordinario nivel de calidad que han alcanzado varias utilidades avanzadas de inteligencia artificial en la creación de vídeo, como Sora2.
El problema de los vídeos de estilo anime tan logrados y otros contenidos generados por Sora2 es algo que se ha señalado desde hace tiempo. En respuesta a esta revolución tecnológica, la Asociación Japonesa de Radiodifusores Comerciales (JBA) ha emitido un comunicado que refleja las preocupaciones de sus más de 200 emisoras.
En el escrito, la JBA advierte de que el entrenamiento de la IA se podría haber realizado con contenido protegido con derechos de autor sin el consentimiento de sus propietarios: “No solo infringe los derechos de autor, sino que también podría dar lugar a actos ilegales según el derecho civil, como la difamación y la calumnia de marca”. La asociación también reconoce que la creación de vídeos deepfake que se asemejan a programas de noticias “incita a la ansiedad pública y distorsiona el buen juicio”.
Fotograma de una producción de anime realizada con Sora2.
Por todos estos motivos, el grupo hizo un llamamiento a OpenAI y otros desarrolladores de IA generativa a que tomen medidas para asegurarse de que no se utiliza contenido propiedad de las compañías asociadas a la JBA sin su permiso, y que tomen la acción de eliminar vídeos generados que ya se hayan distribuido.
Otra asociación internacional formada por empresas como Shueisha y Toei Animation (Dragon Ball, Dr. Slump), así como 17 compañías editoriales, la Asociación de Animaciones Japonesas y la Asociación de Caricaturistas de Japón han emitido comunicados similares en la misma dirección.


