Antònia Folguera, comisaria de Sónar+D: “Quizá vayamos a la desaparición de los instrumentos musicales tal como los conocemos, si nos resulta más fácil crear música a base de prompts, pidiéndole al ordenador lo que queremos”

Cultura tech

La edición del Sónar 2025 demostrará que hay cosas que no se pueden hacer sin la intervención de la inteligencia artificial

Antònia Folguera, comisaria de Sónar +D

Antònia Folguera, comisaria de Sónar +D. 

Sónar

Si no existiera la inteligencia artificial, habría actos del Sónar 2025 que no serían posibles. Ni siquiera por medios humanos, mecánicos o electrónicos. Manifestaciones artísticas y tecnológicas como el festival barcelonés se proponen demostrar que la IA es algo más que un complemento para nuestra productividad. Van mucho más allá, adentrándose en terrenos adonde incluso nos cuesta imaginar la implicación de la tecnología avanzada.

Antònia Folguera es experta en visualizar conceptos tecnológicos y artísticos que el resto de los mortales no somos capaces de concebir. Entre muchas otras facetas, es comisaria de Sónar+D, la vertiente más tech del Sónar, que se celebra los días 12, 13 y 14 de junio en Sónar de Día (Fira Montjuïc, Barcelona). Este año, el programa ha subido la apuesta para sorprender a propios y extraños con unas propuestas más innovadoras que nunca.

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Durante la presentación oficial del Sónar, hace unas semanas, comentaste algo que me dejó pensando: habríamos tenido que escuchar a aquellos que nos avisaron de la inteligencia artificial. ¿Lo dijiste con algo concreto en mente?

Con muchas cosas. Sobre todo, recordaba los primeros años en que tratábamos temas de inteligencia artificial en Sónar. Los primeros en hablar de ello fueron artistas o desarrolladores. Recuerdo que tuvimos a la gente de Google Magenta, que estaba desarrollando algunas de las primeras herramientas para crear música. Muchos artistas empezaron a trabajar con IA a través de herramientas de código abierto como TensorFlow. Estas personas ya señalaban ciertos riesgos. 

¿Cómo cuáles?

Por ejemplo, Albert Barqué-Duran (Albert.DATA), que ahora hace una performance de neurohacking con algoritmos de IA, nos visitó en 2016. Nunca había hecho nada en el mundo del arte, pero tenía mucha ilusión. Hizo un proyecto con Mario Klingemann llamado My Artificial Muse, en el que entrenaron una IA con pinturas de la historia del arte. Ahí ya advertía del sesgo cultural que se introduce desde el entrenamiento de los modelos. Y eso puede tener un impacto relevante, obligándonos a replantearnos muchas cosas. Y no es el único que nos advirtió.

Albert.DATA está en Sónar 2025 con 'Synapticon'.

Albert.DATA está en Sónar 2025 con 'Synapticon'.

Sónar

Si nos tomamos en serio las posibilidades de la IA, deberían surgir formas de hacer música que aún desconocemos.

Antònia Folgueracomisaria del Sónar +D

La IA está llena de sesgos éticos, raciales, culturales, económicos, clasistas... Pero ya la tenemos integrada y capilarizada entre la sociedad. Otra cosa que dijiste es que, en este Sónar, se harán cosas con IA que no serían posibles si no existiera. ¿Por ejemplo?

La mayoría de humanos usamos la IA para hacer cosas que ya hacíamos, pero más rápido o eficientemente. A veces, la IA nos propone imaginaciones que no tenemos. Sin embargo, en música, estos modelos generan sonidos aburridos, genéricos, sin alma. Por eso, aunque se dice que las máquinas nos reemplazarán, queremos resaltar que la mirada del artista es insustituible, incluso cuando trabaja con IA. El artista decide, promptea, selecciona, manipula... Es quien decide con qué resultados se queda y con cuáles no. Aun así, si nos tomamos en serio las posibilidades de la IA, deberían surgir formas de hacer música que aún desconocemos.

¿Es una revolución, también, musical?

Hay un libro de Thor Magnusson que explica que, cuando salieron los instrumentos eléctricos, intentaban imitar a los acústicos, y lo hacían mal. Pero cuando alguien puso un pedal de distorsión a una guitarra, se inventó el rock. Igual pasó con cajas de ritmos como la Roland 303, que dieron lugar al acid house. La IA permite cosas digitalmente que no tienen por qué imitar lo anterior. Lo que veremos será música electrónica generada digitalmente en su forma más pura.

La IA permite cosas digitalmente que no tienen por qué imitar lo anterior. Lo que veremos será música electrónica generada digitalmente en su forma más pura

Antònia Folgueracomisaria del Sónar +D

Nos da la sensación que, con las herramientas e instrumentos actuales, ya nos hemos pasado todo el espectro sonoro varias veces. ¿Crees que puede haber sonidos que no hemos oído nunca?

Sí, yo creo que sí. No sé si serán bonitos, o si tendrán calado en la música popular —como pasó con el AutoTune—, pero la inteligencia artificial es buena encontrando nuevas posibilidades. ¿Y por qué digo que con la IA es fácil encontrar sonidos que no existirían de otra manera? Pongo como ejemplo un contenido que tenemos en el programa de este año, que se llama AudioStellar, del argentino Leandro Garber, que genera constelaciones sonoras a partir de datos. Visualizas el espacio latente del modelo de IA y navegas por esos sonidos. 

Ya iría siendo hora de que aparecieran nuevos sonidos. Parece que estamos estancados desde los años 90.

Sí, hay que hacer un llamamiento a los artistas para que usen esta herramienta. Volviendo al ejemplo anterior, imaginemos el sonido de un tambor y el de un saxofón, y busquemos un sonido intermedio: no se puede hacer. Pero si tienes esta visualización del espacio latente y se lo pides a la máquina, lo hará y se lo inventará, y quizás te gusta. 

Hay un universo entero por descubrir.

Sí, yo creo que saldrán estilos completamente nuevos a partir de cosas que ya existen y lo llevarán a otra parte, aunque creo que saldrá algo que todavía será más revolucionario. Volviendo a los proyectos de Albert.DATA, quizá vayamos a la desaparición de los instrumentos musicales, tal como los conocemos. Si nos resulta más fácil crear música a base de prompts, pidiéndole al ordenador lo que queremos, quizá desaparecerán los que tenemos o aparecerán otros nuevos: nuestro cuerpo, mediante baile y expresión gestual será capaz de crear música mediante inteligencia artificial. En los últimos años, en la música electrónica, todo es mucho teclado, sintetizador, potenciómetros, botones, deslizadores... Hace muchas décadas que no salimos de aquí.

¿Estamos ante el final de los instrumentos musicales tradicionales?

Creo que los veremos menos. No creo que sea el final, pero sí veremos nuevos instrumentos pensados desde un paradigma que aún no existe.

El cuerpo será un instrumento musical.

El cuerpo será un instrumento musical.

Getty Images

Sónar+D

Livecoding cuántico: el nuevo concepto que se probará por primera vez en el Sónar

El livecoding es el arte de hacer música o arte visual a partir de la modificación en directo del código de programación que produce un sonido. Esto está poco visto, pero ya hace un tiempo que existe. ¿Cuál es la novedad ahora?

Sí, esto ya existe, y en Barcelona hay una comunidad de livecoding muy activa. En los espectáculos, los espectadores lo pueden ver porque también se proyecta el código en una pantalla, para demostrar que no estás engañando a nadie. Pero ahora lo vamos a llevar más lejos. Vamos a hacer un experimento que no existe y lo vamos a mezclar con computación cuántica. Los artistas van a enviar datos desde un ordenador clásico a uno cuántico en el Barcelona Supercomputing Center (BSC), que funciona a cero grados Kelvin. Lo haremos por primera vez, queremos hacer un manifiesto de la computación cuántica para artistas y estableceremos los procesos para que otros lo hagan. 

Será como un “libro blanco” del livecoding cuántico para artistas (by Sónar).

Algo así. En el BSC, manipulando los átomos, el ordenador cuántico devolverá la música hacia el Sónar, donde podremos comprobar lo que sale. 

Antònia Folguera, comisaria de Sónar +D.

Antònia Folguera, comisaria de Sónar +D.

Cedida

Futuro

Los mundos por venir

Otra sección de Sónar +D es la que plantea lo que nos encontraremos en el futuro: Mons per venir. Nos gusta montarnos nuestras películas futuristas. ¿Nos puedes anticipar algo de estos mundos por venir?

La computación cuántica es uno de ellos, pero esto ya es presente. La idea de Mons per venir viene de que nosotros llevamos 10 años hablando de inteligencia artificial, pero no debe de hacer más de cinco años que se le presta atención. Lo que nos propusimos era sondear qué elementos usan hoy los artistas, que merecen nuestra atención con vistas al futuro, tal como hicimos con los artistas que hacían cosas con inteligencia artificial. 

¿Y cuáles son estos mundos?

Por ejemplo, vendrá una artista, Xin Liu, que trabaja con genética, con edición de genes. Ella trabaja con código genético y proyectos espaciales, y encarna perfectamente nuestro concepto de mundos por venir. Incluso llegó a enviar una de sus muelas del juicio al espacio como símbolo de vestigio humano, de algo del cuerpo que no sirve para nada. Presentará sus piezas en colaboración con New Art Foundation de Reus, estará durante todo el festival imprimiendo su código genético.

En Sónar +D hay un importante programa de conferencias. ¿Cuáles serán las más interesantes?

Valdrá mucho la pena la de Libby Heaney, Eat my multiverse, para abrirnos la mente a otras dimensiones en las que concebir el mundo. También la de Xin Liu, Cosmic Metabolism, porque todo será muy raro y fuera de este planeta; la de Albert.DATA, Synapticon, que saldrá al escenario con un casco de encefalogrametría como único instrumento.

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