Mientras los márgenes de Tesla se desmoronan y la competencia china pisa fuerte, Elon Musk se aferra a un nuevo salvavidas: Optimus, un ejército de robots bípedos que, según él, sustituirá a operarios humanos en tareas repetitivas. Dice que habrá “miles” de estos robots trabajando en sus plantas a final de año, lo cual ahorrará costes y mejorará los procesos de producción de su industria.
Sin embargo, no todo el mundo tiene tan claro que los planes de Elon Musk vayan a hacerse realidad. Chris Walti, quien dirigió el proyecto Optimus hasta 2022, acaba de romper el hechizo. “No es una forma útil”, explica en Business Insider. “El cuerpo humano evolucionó para huir de lobos y osos, no para atornillar piezas ocho horas seguidas.”

El robot humanoide Optimus Gen 2.
A pesar de que prometía una revolución sin límites, los vídeos de Optimus revelados hasta el momento no han levantado la expectación que Musk esperaba. Aunque el evento “We, Robot” era la esperanza del magnate de recuperarse (justo antes de dejar la Casa Blanca), la cosa no salió del todo bien. Sí, los robots doblan camisetas, saludan... pero todos están controlados en remoto. De este modo, no solo no parece que una planta de robots vayan a poblar industrias a finales de este año, sino que puede que esto se retrase indefinidamente.
Y mientras Musk lanza timelines imposibles, otros expertos como Walti apuestan por soluciones más pragmáticas: robots planos, sin piernas, pero ultraeficientes en logística de almacenes. Poniendo la funcionalidad por encima de todo... aunque no guste tanto a los posibles inversores ni a los amantes de la ciencia ficción.