Cuando vemos a C3PO en las películas de Star Wars da la sensación de antiguo, de low-tech. Es muy probable que Anthony Daniels tuviera indicaciones de actuar con movimientos acartonados cuando se caracterizaba como el robot dorado amigo de R2D2. Lo mismo hacían los breakdancers cuando bailaban mecánicamente con gestos limitados y rectilíneos. Eran los robots de los años 70 y 80.
Ahora resulta que llega el excéntrico millonario Elon Musk y se empecina en conseguir el robot humanoide perfecto, capaz de ejecutar unos movimientos tan naturales que hacen dudar al más experimentado. No, no es un señor disfrazado ni una inteligencia artificial que sustituye la imagen de un humano para que parezca hiperrealista: es el Tesla Optimus, “el mejor producto que se ha hecho jamás”, según Elon Musk.
El androide de Tesla ha llegado a su tercera generación con una serie de mejoras que lo elevan a un nivel nunca visto hasta ahora. Con unas manos dotadas de 11 grados de libertad de movimientos, Optimus es capaz de realizar tareas domésticas con facilidad de forma totalmente autónoma.
De hecho, alrededor del cuartel general de Tesla, en Palo Alto, hay varias unidades del robot merodeando las 24 horas del día sin que nadie les vigile, y se ponen a cargar ellos solos cuando lo necesitan. Incluso son capaces de bailar como un humano.
Movimientos humanos
¿Cómo lo han conseguido?
El vídeo inicial compartido por Musk muestra como los ingenieros de la compañía han cargado al Optimus de inteligencia artificial para que, introduciéndole miles de videos de movimientos humanos, el robot los vaya aprendiendo y perfeccionando hasta emularlos a la perfección. Cuantos más vídeos ven, más aprenden.
La próxima década puede ser tan apasionante como sedentaria, gracias a (o por culpa de) inventos como el Tesla Optimus.
