El pasado junio, Catalunya alcanzó la temperatura media más calurosa de su historia. Según los registros del Servei Meteorològic de Catalunya, ha sido el junio más caluroso desde que existen registros, con cuatro grados más de lo que se esperaba por estas fechas. Se supera así el 2003, que hasta ahora ostentaba el récord absoluto. Y este solo es uno de los catastróficos datos que han surgido por toda España.
¿Qué significa esto? Más allá de suponer que necesitamos el aire acondicionado más que nunca, que los destinos turísticos de playa se están masificando, o incluso que se están provocando muertes súbitas constantes por golpes de calor; deriva en el posible fin del sueño de la España del futuro como país tecnológico.
En plena carrera por la Inteligencia Artificial, España está surgiendo como un país muy atractivo donde colocar centros de datos. Se necesitan más que nunca; la IA consume tanta energía que las grandes tecnológicas requieren de servidores cada vez más grandes y potentes. Se están construyendo lugares titánicos en todo el mundo, con Amazon llevando la delantera con la construcción de un centro con la extensión de 4 PortAventuras juntos.

Amazon está construyendo un ordenador que ocupará cuatro veces la extensión de PortAventura y tendrá la capacidad de procesar el cerebro humano.
En este sentido, España tenía una oportunidad de oro. Microsoft escogió Aragón como lugar donde albergar un proyecto de 2.900 millones de dólares para 59 hectáreas de centro de datos, y solo es el primero de muchos otros centros que comenzaban a desplegarse en la zona. Teniendo en cuenta la enorme cantidad de terreno fértil que existe en el país, sumado a las buenas infraestructuras, parecía un paraíso que tener en cuenta. Empresas como Meta o Google, más allá de Microsoft, ya se estaban fijando en nuestro país.
Pero el calor puede acabar con este sueño. Sin ir más lejos, el pasado julio de 2022, los centros de datos de Google y Oracle en Londres dejaron de funcionar después de una ola de calor en la ciudad que superó los 40 grados. Los sistemas de refrigeración no pudieron soportar tan altas temperaturas y todo derivó en apagones, caídas y pérdidas millonarias.

Centro de datos de Siemens.
No es el único caso que ha surgido a lo largo del mundo con relación a los centros de datos, y parece que la cosa va a ir a más. Con el cambio climático acechando, las temperaturas cada vez son más extremas, así que los titanes tecnológicos están comenzando a apostar por otros países más fríos. Facebook ya lo hizo en 2013, construyendo centros de datos en Lulea (Suecia). Y de hecho en España se trasladó el centro de datos de la Seguridad Social de Madrid a Soria para mantener el frío, ahorrando 150.000 euros en refrigeración.
De este modo, y a pesar de que parecía que España iba a alzarse como una de las alternativas más interesantes para las Big Tech en lo que a centros de datos se refiere, finalmente parece que quedará soterrada bajo sus propias temperaturas. Cada sistema de refrigeración de estos centros supone inversiones millonarias, y cuanta más temperatura hace, más energía se necesita.
Además, si sumamos el sistema energético de nuestro país, que aboga por las renovables pero muestra fragilidades evidentes —como se demostró el día del apagón—, todo parece indicar a que el caso de Microsoft ha sido una excepción. Y nos quedaremos como un terreno fértil sin aprovechar por culpa de un problema contra el que, al parecer, no podemos hacer nada.