Bill Gates se convirtió en el empresario más importante del mundo gracias a un motivo: contratar a los más vagos
Mundo empresarial
El fundador de Microsoft tiene clara la idea de aprovechar la inteligencia para hacer más con menos esfuerzo
Bill Gates se convirtió en el empresario más importante del mundo gracias a un motivo: contratar a los más vagos
Bill Gates, fundador de Microsoft y una de las figuras más influyentes en la historia de la tecnología, ha confesado en varias ocasiones que la pereza puede ser una virtud si se canaliza con inteligencia. Su célebre frase, “Siempre elegiré a una persona perezosa para hacer un trabajo difícil porque una persona perezosa encontrará una manera fácil de hacerlo”, resume una filosofía que aplicó desde sus inicios en la empresa que lo llevó al éxito mundial, sumado además al hecho de que él se reconoce como una persona perezosa en cierta medida.
Un profesor de octavo curso le hizo cambiar su mentalidad
Lo importante es tener un objetivo claro
En el pódcast 'Unconfuse Me', que Bill Gates presenta desde su Fundación Bill y Melinda Gates, el fundador de Microsoft le confesó a San Khan (fundador de Khan Academy) que en su etapa escolar era “bastante vago”. El empresario explicó que esa actitud cambió gracias a un profesor que marcó su vida. “¿Cómo puedes ser tan perezoso? Podrías ser muy bueno en esto”, le reprochó el maestro en octavo curso.
El docente le proporcionó libros y recursos que despertaron su interés por el aprendizaje, y a partir de entonces, el futuro multimillonario comprendió que la pereza podía convertirse en un motor de ingenio si se orientaba hacia la eficiencia. De hecho, en su autobiografía 'Código fuente: Mis inicios', Gates admite que durante su etapa escolar “intentaba hacer lo menos posible para aprobar con la ley del mínimo esfuerzo”.
Bill Gates, cofundador de Microsoft, muestra el sistema operativo Windows XP el 25 de octubre de 2001, día de su lanzamiento
Esa misma mentalidad se trasladó a los primeros años de Microsoft. El empresario vigilaba desde su despacho las matrículas de los coches aparcados frente a las oficinas para saber qué empleados seguían trabajando y quiénes se habían ido. La obsesión por la productividad lo acompañó durante toda su carrera, aunque con una perspectiva muy particular: aprovechar la inteligencia para hacer más con menos esfuerzo.
Y no es que a Bill Gates le entusiasme estar rodeado de personas perezosas, sino que el sentido de su célebre frase, “Siempre elegiré a una persona perezosa para hacer un trabajo difícil porque una persona perezosa encontrará una manera fácil de hacerlo”, viene a decir que si tu objetivo es no trabajar en exceso, entonces encontrarás la forma de hacer el trabajo de la forma más sencilla posible.
Hoy, retirado de la gestión directa de Microsoft y volcado en la filantropía a través de la Fundación Bill y Melinda Gates, el empresario sostiene que el secreto del éxito no es trabajar sin descanso, sino saber cómo simplificar los problemas porque como aprendió de su profesor, “lo importante es tener un objetivo claro”.