En algún momento de principios de los 2000, un debate sobrevoló todos los patios de los colegios españoles: ¿qué es mejor, Pokémon o Digimon? En aquel momento, cualquier argumento era válido. Y, por lo general, dependía de cada serie o juego concretos del que se hablara. Sin embargo, la IP de Pokémon se fue haciendo cada vez más y más grande, hasta hacer palidecer por completo a cualquier posible adversario.
Esto no ha cambiado en las dos últimas décadas. Pokémon se ha seguido haciendo grande con lanzamientos cada vez más exitosos, y de Digimon apenas se acuerdan los antiguos fans por la nostalgia. No para menos, sus últimas películas y series han ido por ahí; en busca del público que conectó con los niños elegidos hace más de veinte años.
Y, sin embargo, este año las tornas han cambiado. Ambas franquicias han lanzado durante el mes de octubre sus últimos videojuegos: Leyendas Pokémon: Z-A y Digimon Story: Time Stranger. Y si bien el primero ha hecho números muchísimo más grandes que el segundo, no me cabe duda de que Digimon ha hecho un juego muchísimo más completo, divertido y trabajado que el primero.
Imagen del videojuego 'Leyendas Pokémon: Z-A' para Nintendo Switch y Nintendo Switch 2.
Digimon Story: Time Stranger
Un Final Fantasy con monstruos coleccionables
Quienes se acerquen a Digimon Story: Time Stranger no se encontrarán con una historia infantil similar a los principales animes que llegaron en los 2000 a nuestro país. Al contrario; lo mejor que tiene es su trama. Si bien es para todos los públicos, es madura, trabajada y tiene claro dónde poner el foco. Al contrario de lo que se puede decir de la otra franquicia, aquí contar una historia que llegue importa, y eso va desde sus personajes tridimensionales hasta su mundo lleno de riqueza.
Pero si solo vemos la historia como una excusa para obtener monstruitos, hacerlos evolucionar y combatir con ellos, Digimon Story: Time Stranger también es un título estupendo. Su jugabilidad no puede ser más adictiva. Bebe de los mejores Dragon Quest y Final Fantasy clásicos en todos sus aspectos, desde el desarrollo de los personajes al más puro estilo JRPG hasta los combates por turnos. También se nota que se han fijado en la forma de juego de Digimon World, quizás el título de más renombre de la saga.
Y sí; aunque no esté de moda ya eso de combatir por turnos, en Time Stranger hacen que la experiencia sea una delicia. Es un juego retador —sobre todo en sus jefes finales—, con recompensas bastante rápidas para que farmear no nos dé pereza y con un sistema de combate que se puede acelerar y automatizar al máximo si no queremos perder tiempo.
Si bien su sistema de mazmorras puede parecer “algo anticuado” y volvemos a los mismos escenarios en varias ocasiones, la evolución de la narrativa hace que, por lo general, estos puntos flacos pasen desapercibidos.
Digimon Story: Time Stranger tiene el aspecto que tendrían los juegos de Pokémon si se esmeraran más en el apartado gráfico
Y a esto se le suma el aspecto, quizás, más destacados del videojuego: el artístico. Muchos han dicho ya que Digimon Story: Time Stranger tiene el aspecto que tendrían los juegos de Pokémon si se esmeraran más en el apartado gráfico. Y no les falta razón.
Aunque tampoco sea la mayor delicia visual que puedes experimentar en PS5, Time Stranger cuenta con una personalidad artística muy marcada; con una propuesta que se atreve a innovar y que busca parecerse lo máximo posible a los animes que dieron forma a Digimon. De este modo, puede jugarse como si se tratara de una serie más; acompañando a los personajes en cada punto de su vida y viendo cómo los propios Digimon evolucionan junto a ellos.
Imagen del videojuego 'Digimon Story Time Stranger'.
Leyendas Pokémon: Z-A
La enésima vuelta a la misma fórmula
En la otra esquina tenemos Leyendas Pokémon: Z-A, el último juego de la franquicia que nos hace volver a Ciudad Luminalia para adentrarnos en un título, como Leyendas Arceus, más centrado en la historia y en la innovación que la serie principal. Sobre el papel, parecía la oportunidad perfecta para que Game Freak demostrara que había aprendido de los errores del pasado. Pero la realidad es que, una vez más, se siente como una promesa a medio cumplir.
Visualmente, Z-A arrastra los mismos problemas que llevan acompañando a Pokémon desde hace ya varias generaciones. Los escenarios son planos, las texturas pobres y las animaciones apenas han mejorado respecto a Escarlata y Púrpura. Da la sensación de que el motor gráfico no da más de sí (aunque los Zelda nos demuestren lo contrario), y eso pesa mucho en una saga que, en teoría, debería estar marcando el camino dentro del RPG japonés.
La dirección artística tampoco logra compensar esas carencias: los personajes carecen de expresividad y la iluminación sigue siendo irregular, con momentos que parecen sacados de una consola de hace dos generaciones.
Pero, sinedo honestos, eso no quiere decir que todo sea negativo. El diseño de criaturas sigue siendo el punto fuerte de Pokémon, y Z-A se viene arriba con Megaevoluciones muy inspiradas. En eso parece que va a estar siempre por encima de Digimon. Además, su estructura abierta, aunque conservadora, mantiene esa sensación de descubrimiento que siempre ha sido el alma de la saga.
Sin embargo, cuando uno juega a Digimon Story: Time Stranger y luego vuelve a Z-A, la diferencia es abrumadora. El primero se siente moderno, arriesgado y visualmente cuidado; el segundo, cómodo, repetitivo y atrapado en su propio legado. Pokémon lleva tiempo jugando sobre seguro, confiando en la fuerza de su nombre más que en la ambición de su propuesta. Digimon, en cambio, ha entendido algo esencial: que la nostalgia solo funciona si se la alimenta con nuevas ideas.


