Los líderes tecnológicos de Silicon Valley siempre han tenido su corazoncito en el bando demócrata y han visto a Donald Trump como un peligro para sus intereses económicos. Sin embargo, el dinero no entiende mucho de ideologías y, a medida que crecían las opciones de victoria del candidato republicano, muchos de estos gurús optaron por acercarse a Trump y ponerse a su servicio. El primero y más entusiasta fue Elon Musk, que ha sido premiado con ocupar un lugar clave en la futura administración. Pero no hay que olvidar la evolución de otros grandes líderes.
Mark Zuckerberg, por ejemplo, no dudó en viajar a la residencia de Trump en Mar-a-Lago para reunirse con él, después de su triunfo, y reparar las pésimas relaciones que tenían por el control que Meta ejercía sobre algunos contenidos emitidos por los republicanos. Zuckerberg se hizo perdonar y donó un millón de dólares al futuro presidente. Ahora ha trascendido que ha puesto al frente de asuntos globales de Meta al conservador Joel Kaplan, jefe adjunto de gabinete de la Casa Blanca en la etapa de George W. Bush entre el 2006 y el 2009. El senador republicano Ted Cruz se apresuró ayer a felicitarse por la noticia y mostrar su esperanza en que Meta se una a X –la red social propiedad de Musk– “en la lucha para proteger la libertad de expresión”. Veremos cuál será la futura evolución de la antigua Facebook.
Al mismo tiempo, Jeff Bezos, presidente de Amazon y propietario de The Washington Post , también se ha alineado con el próximo presidente. Durante la campaña electoral, rompió una tradición de 40 años del diario al prohibir que la cabecera se pronunciara a favor de alguno de los dos candidatos. Hasta 200.000 suscriptores se dieron de baja del periódico por ello. En esta situación de crisis, y por temor a que el histórico diario pierda su independencia, Bezos no encuentra ahora a ningún candidato para hacerse cargo de su dirección. Algo inaudito, tal y como explica Juan Antonio Giner en nuestra sección Media.
Hay muchos intereses en juego en esta legislatura, con investigaciones antimonopolio o nuevas regulaciones que puede poner en marcha Trump. Es hora de resituarse y portarse bien.