A pesar de sus más de 1.600 millones de usuarios mensuales, parece que TikTok no le cae a nadie bien. Como mínimo, genera desconfianza, por un lado, por las sospechas de que es un instrumento de espionaje en manos de China y, por el otro, por las acusaciones de sus efectos sobre la salud mental de los más jóvenes, aspecto en el que no se diferencia de otras redes que la superan en número de personas que las usan cada día, como Facebook e Instagram.
Ya hay países que han establecido restricciones en su uso a sus funcionarios y hay hasta otros cuatro países que la han prohibido totalmente.
Este mes de enero es clave para el futuro de TikTok en EE.UU. El viernes, el Supremo escucha las alegaciones para decidir si la ley que obliga a que en EE.UU TikTok esté en manos estadounidenses o al cese de sus operaciones es constitucional. La decisión se conocerá el 19 de enero, un día antes de la toma de posesión de Donald Trump, quien ya ha pedido al Supremo que se espere a que empiece a ejercer. Trump tiene casi 15 millones de seguidores.