¿Sabe Musk dónde está Catalunya?

EL PATIO DIGITAL

Tres letras, unidas por Elon Musk en X, han añadido Catalunya a la lista de países europeos por los que ya campan las obsesiones del multimillonario sudafricano con la inmigración. Musk escribe “Wow”, lo comparte con sus 210 millones de seguidores y la desinformación se hace realidad, esta vez, uniendo extranjeros con violaciones. Las cifras le llegan de cuarta mano. Una noticia de septiembre de La Razón que cita a un medio digital titulada “El 91% de los condenados en Catalunya por violaciones son extranjeros”. Todo el mundo sabe por qué lo comparte por la cuenta @Visegrád24, una plataforma habitual para las fakes de la extrema derecha europea. Son valedores de Viktor Orbán, simpatizantes de Donald Trump y -según Bloomberg- una de las cuentas más virales distribuyendo desinformación desde el inicio de la guerra entre Israel y Hamas. El efecto Musk hace el resto.

FILE PHOTO: U.S. President-elect Donald Trump and Elon Musk watch the launch of the sixth test flight of the SpaceX Starship rocket in Brownsville, Texas, U.S., November 19, 2024. Brandon Bell/Pool via REUTERS/File Photo

Musk junto a Trump en un acto de campaña 

Brandon Bell / Reuters

¿Sabe Musk donde está Catalunya? Antes de ese “wow”, encontramos tres efímeras coincidencias. La primera: en enero del 2023, Catalunya puso en órbita el nanosatélite Menut a bordo de un cohete Falcon 9, de la compañía SpaceX de Elon Musk. La segunda: en marzo del año pasado, un bólido misterioso sobrevoló Catalunya y, descartado el misil balístico, se atribuyó la estela a un satélite Starlink, propiedad del magnate, hasta que Defensa dijo que era un meteorito. Y la tercera: en verano, víctima de la fiebre olímpica de París, Musk compartió en X el histórico momento en el que Antonio Rebollo encendía con su flecha el pebetero del Estadi Olímpic Lluís Companys para inaugurar los Juegos de Barcelona.

En su timeline, la referencia a Catalunya formaba parte de una cadena de mensajes “wow” en X en la que se vincula inmigración y delincuencia en países como Dinamarca o Noruega y que Musk aprovecha para alimentar su última cruzada. Después de dar su apoyo a la AfD alemana para las elecciones de febrero y sus insultos al canciller Scholz -lo llamó “tonto incompetente”-, fijó en su punto de mira a Keir Starmer. El multimillonario carga contra el premier británico por un caso de abusos sexuales de hace una década, cuando Starmer era responsable de la fiscalía, ha llamado “bruja” a la ministra de Sanidad y pretende que Carlos III disuelva el Parlamento y convoque elecciones. Elecciones para las que Musk designa candidatos, claro. Neil Farage “no tiene lo que hay que tener” para liderar Reform UK, según el dueño de X, justo cuando crecían los rumores acerca de una gran donación de 95 millones de euros que el magnate estaría dispuesto a realizar a la formación.

El primer ministro de Noruega, Jonas Gahr Støre, advierte que “no es así como debería ser entre democracias y aliados”. Musk formará parte del gabinete de Donald Trump a partir del 20 de enero. Y el Macron más débil se ha lanzado a abanderar la batalla: es una “interferencia inaceptable”, dice. Se pregunta “qué pasaría si hace diez años nos hubieran dicho que el propietario de una de las redes sociales más grandes del mundo iba a apoyar un nuevo movimiento internacional reaccionario e intervendría directamente en las elecciones, incluso en Alemania. ¿Quién lo hubiera imaginado?”. Wow, wow, wow.

En el caso de Catalunya, las cifras son las que son, pero hay condicionantes de edad, situación económica o arraigo que obligan siempre a matizar las conclusiones. A fecha 1 de enero del 2025, según la Conselleria de Justícia i Qualitat Democràtica, en las prisiones catalanas hay 29 internos por delitos de violación. De estos, 22 cumplen condena, mientras que siete están en situación de prisión preventiva. Del total, 26 son extranjeros. Un 89,6%. Si lo que se analizan son delitos por agresión sexual, del total de 301 reclusos, el 62% son extranjeros, y el 38%, de nacionalidad española. Los datos son públicos, y las lecturas van por barrios ideológicos. Musk atiende a las de Vox y Aliança Catalana.

“Es hora de que las democracias ejerzan el poder estatal contra Musk”

Entre los comentarios se caen las caretas. Musk recibe ofertas para fundar un partido de extrema derecha en Catalunya, peticiones ridículas de ayuda para solucionar el problema de la inmigración en España frente al Gobierno socialista y hasta propuestas para recuperar la Inquisición. Se multiplican los comentarios racistas, y reaparecen algunos de los bulos que recogió Maldita.es con motivo del día del Migrante que hacen avergonzar al lector.

El patio digital ofrece vidas paralelas a X. La irrupción de Musk genera miles de interacciones en Meneame y FinoFilipino -“tu ración diaria de contenido random”-. Los comentarios en esas redes son mucho más afilados y apuntan al dueño de X. Se recuerda que Elon Musk es extranjero en Estados Unidos, que trabajó de manera ilegal con visado de estudiante y que las cifras que ofrece requieren de muchas matizaciones. Se hacen búsquedas en el INE y en Statista, también en el Idescat, pero unos no diferencian por autonomías y los otros no lo hacen por tipo de delito. Los únicos que se hicieron eco de los datos magnificados por Musk son medios de derechas, y eso genera desconfianza en el ágora de Meneame. Hay ironía: “Cuando sepa que dos tercios de la población reclusa de Suiza son extranjeros, le peta la cabeza”.

Pero nadie se despista, tampoco en Bluesky, donde se recuerda que la Corte Suprema de Brasil cerró X durante meses por negarse a suspender cuentas de extrema derecha. “Las democracias europeas deberían seguir el ejemplo (...) Es hora de que las democracias ejerzan el poder estatal contra Musk”. Siempre atento, el ministro Óscar Puente va preparando el terreno ante los arrebatos del dueño de X: “Megalomanía, definición”. Musk ya está aquí. Para frenarlo, hará falta mucho más que definiciones.

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