Miriam Nogueras, la portavoz de Junts, avisó sin ponerse tan estupenda como otras veces que no querían ser la muleta del Gobierno, pero a la hora de la verdad son el bastón que permite avanzar al Ejecutivo para sacar adelante el grueso del decreto ómnibus. La muleta es uno de los símbolos más dalinianos, presente en muchas de sus telas. Según cuenta el pintor en su Vida secreta, se fascinó cuando encontró una en el armario de su casa de Figueres, de niño, y la escondió como el mejor regalo. El objeto le proporcionó, o así lo escribió, seguridad en sí mismo y una arrogancia desconocida.

Cuando Pedro Sánchez dijo el domingo que buscaría los apoyos para que el decreto se aprobara en el Congreso “hasta debajo de las piedras”, solo le faltó añadir: “De las piedras del jardín de Waterloo”. Sánchez ha hecho cesiones para acercarse a la voluntad de los posconvergentes, que querían acotar el decreto a los asuntos sociales (pensiones, transportes, salario mínimo, protección de las familias vulnerables, la dana...), pero el presidente ha tenido que transigir en la tramitación de la cuestión de confianza, que le exigió Puigdemont en su día. Todo a cambio de una muleta.
Nogueras dijo que Junts no quería ser “la muleta” del Gobierno, pero lo han vuelto a hacer
En cualquier caso, Junts sabía que tenía que alcanzar un acuerdo, porque se ha dado cuenta de que su postura en el último pleno no había sido entendida, por mucho que la hubieran explicado. Con las cosas de comer no se juega y en su negativa a apoyar el decreto pusieron el país a dieta. El Gobierno ha sudado para mantener su decreto, o al menos lo esencial, si bien ha tenido que acceder a un debate en la Cámara que será un nuevo mal trago para Sánchez. Es el consuelo que tiene Feijóo, que en las últimas horas ha acusado a Sánchez de inmoralidad y de practicar la antipolítica, dentro de su retahíla habitual de insultos y descalificaciones.
Junts practica con los socialistas la ducha escocesa, que alterna chorros de agua fría y caliente. Eso puede ser bueno para la salud en su justa medida, pero resulta una tortura en caso de que las temperaturas sean extremas. Se le va a hacer larga la legislatura. Las muletas solo eran un tesoro para Dalí, a Sánchez ni siquiera le permiten andar recto.