El presidente de Polonia, Andrzej Duda –que pertenece al anterior partido gobernante, el ultranacionalista Ley y Justicia, no al del primer ministro Donald Tusk–, fue uno de los dirigentes de las fuerzas de extrema derecha europeas que acudieron a la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC) que se ha celebrado en Washington bajo los auspicios del presidente Donald Trump, con gran exhibición de motosierras y saludos nazis. Duda debía encontrarse con Trump durante una hora la tarde del sábado, pero el presidente de EE.UU. lo recibió con una hora y media de retraso y solo estuvo unos minutos con él, a pesar de que Polonia es presentada por Washington como el aliado europeo modelo.
Trump calificó a Duda como “un hombre fantástico y un gran amigo” y dijo: “Debes de estar haciendo algo bien al salir con Trump”. Lo que no debe de estar haciendo bien, a ojos del presidente de EE.UU., es mantener su férreo apoyo al presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, frente a las ambiciones expansionistas de Rusia. ¿Es una manera de hacérselo notar?