La humillación en directo

FUTUROS IMPERFECTOS

La humillación en directo
Consejero editorial

La escena recordó la partida de croquet de la Reina de Alicia en el país de las maravillas, con la Dama de Corazones ordenando decapitar a los jardineros porque habían plantado un rosal blanco en lugar de rojo, donde se jugaba sin orden ni concierto con flamencos como mazos y erizos como bolas. Nadie escapa de la locura de la Reina, que asusta al conejo de Alicia con su imponente presencia y al gato de Cheshire, al que también manda cortar la cabeza por mirarla.

President Donald Trump, right, meets with Ukrainian President Volodymyr Zelenskyy in the Oval Office at the White House, Friday, Feb. 28, 2025, in Washington. (AP Photo/ Mystyslav Chernov)

  

Mystyslav Chernov /AP

Pero la realidad de Estados Unidos no es una pesadilla que se desvanece por la mañana. Al despertar, el dinosaurio desquiciado sigue allí, en la Casa Blanca, rodeado de una corte de majaras que le siguen la corriente.

El mundo vio a Trump diciendo: “Eso es televisión de la buena”, tras denigrar a Zelenski

Lo que vimos en directo anteayer es uno de los espectáculos más lamentables, y a la vez más tristes, de la historia de la diplomacia. ¿Diplomacia? ¿De verdad alguien cree que Trump sabe qué significa esta palabra? Es posible que el hombre naranja tenga un plan, pero como declaró recientemente John Bolton, el que fue su consejero de Seguridad Nacional en el primer mandato (hasta que lo despidió), no tiene una estrategia de seguridad, porque es incapaz de pensar a largo plazo, va improvisando a diario. Bolton ha llegado a escribir un libro en el que asegura que “Donald Trump es un peligro para el mundo”. Por cierto, Bolton no es una hermanita de la caridad, sino un halcón de la vieja guardia del Partido Republicano, que trabajó con Reagan, Bush padre e hijo y el propio Trump.

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El espectáculo del encuentro en el despacho oval entre Trump-Vance y Zelenski, con los medios de comunicación retransmitiendo la conversación en directo –algo inusual–, fue una sádica humillación en directo, el número de un abusador incontenible, el espectáculo de un tirano sin control. Le acusó de jugar con la vida de millones de personas y con la tercera guerra mundial, le soltó que sin EE.UU. no era nada y que aceptaba el acuerdo de los minerales sin contrapartidas o ya podía irse. Zelenski demostró dignidad. No se arrugó. Pero lo echaron de palacio, mientras Trump exclamaba: “¡Esto es televisión de la buena!”. ¡Lo que debía disfrutar Putin en Moscú! Con Trump en el poder, puede ahorrarse la partida de espías en Washington.

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