Jorge Semprún dijo que en el campo de Buchenwald fue donde entendió por primera vez qué era Europa. Lo recuerda Jaume Asens en un libro reciente, titulado Los años irrecuperables (Península/Pòrtic). El espíritu de Europa empezó a renacer en el corazón de todos los ciudadanos que, como él, lucharon por la supervivencia en el Holocausto y que abrieron las puertas a que brotara la Europa de Adenauer y Schuman, Monnet y Churchill, de Dubcek y Sájarov. Un sueño europeo que estaba en los partisanos que liberaron Roma, en la revuelta de la primavera de Praga, en la revolución de los claveles de Portugal o en la caída del muro de Berlín. Son unas memorias políticas, pero no es una mirada por el retrovisor, sino unas luces largas para vislumbrar el futuro. Lo dijo Kierkegaard: “La vida solo puede ser comprendida mirando hacia atrás, pero debe vivirse mirando siempre hacia delante”.
Ciudadanos alemanes de la ciudad de Weimar a los que se les ha obligado a contemplar las atrocidades del campo de concentración de Buchenwald
Asens ha sido teniente de alcalde de Barcelona, diputado en el Congreso, presidente de Unidas Podemos y actualmente es eurodiputado por Comuns-Sumar. La parte final del libro es un canto apasionado a Europa y un aviso de los peligros que suponen el ascenso de la extrema derecha y la victoria de Donald Trump, que ha dejado de considerar a la UE como su gran aliado mientras se abraza irresponsablemente a Vladímir Putin. “La Europa cultural de Voltaire, de los cafés de Steiner, la cuna de la democracia, de la convivencia y la fraternidad, está expirando bajo las bombas de Ucrania y Gaza”, escribe.
La UE nació como un mercado, pero con un profundo contenido moral
La UE tuvo su origen en un gran mercado, pero desde el primer momento también contenía un componente moral profundo. El gran mito fundador de Europa, su identidad, surgió como prohibición de la guerra civil entre europeos. No son tiempos para quedarse en casa, resignarse o rendirse. Ni para caer en la introspección o la melancolía.
La UE ha reaccionado a la pretensión de aislar Europa. Keir Starmer, el premier británico, se ha sentado al lado de los Veintisiete, desde el primer momento. Ursula von der Leyen ha anunciado un ambicioso plan para apoyar a Ucrania y para asumir la responsabilidad de la seguridad europea. Con la voluntad de plantar cara al autoritarismo y con Buchenwald en la memoria.
