Un horror muy próximo

Un horror muy próximo
Director de La Vanguardia

Muchas veces nos toca informar de desgracias que se llevan por delante vidas humanas. Esta semana hemos informado de la muerte de más de 200 personas en una discoteca de Santo Domingo cuando se desplomó el techo sobre la pista de baile. Excepto para los dominicanos residentes en nuestra área de influencia, la noticia la vemos como algo lejano, como los miles de muertos que se producen con cierta asiduidad en Asia por los efectos climatológicos que generan tsunamis, terremotos o inundaciones. Hay muertos que son sueltos en el diario de papel o breves que ni salen en la portada de la edición digital, y otros del primer mundo que nos llaman mucho más la atención. Sin ir más lejos, aún estamos impresionados por las consecuencias de la dana de Valencia.

La familia fallecida en el accidente de helicópter en Nueva York

La familia fallecida en el accidente de helicópter en Nueva York

La Vanguardia

Y es que lo que nos conmueve es aquello próximo que nos afecta directamente porque nos podría suceder a nosotros, porque nos vemos representados. Eso es lo que ha sucedido con el trágico accidente de helicóptero en el río Hudson de Nueva York, que ha acabado con la vida de Agustín Escobar, su esposa, Mercè Camprubí, y sus tres hijos. Cinco turistas que decidieron darse una vuelta aérea por la gran urbe americana, como otros tantos hemos hecho o hemos pensado hacer. Sin embargo, por causas todavía no suficientemente aclaradas, el aparato se estrelló en la bahía.

Tuve la suerte de conocer a Agustín, aunque fue muy brevemente, en una visita que nos hizo a nuestra redacción como presidente de Siemens, y nos dejó un grato recuerdo. Hablamos de su felicidad por volver a trabajar en España, después de pasar muchos años de su carrera profesional en diversos destinos de América. Conversamos sobre la dificultad de compaginar un trabajo intenso y exigente como el suyo con la conciliación familiar. De allí salió una entrevista como presidente de Siemens España para el suplemento Dinero .

Cualquiera de nosotros podía estar subido en aquel maldito helicóptero, lo que denota la fragilidad de nuestras vidas. Qué horror. Descansen en paz.

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