Las páginas de la sección Vivir muestran hoy una recopilación de no pocos edificios singulares de Barcelona que en estos momentos se encuentran sin uso, están siendo infrautilizados o esperan desde hace mucho que se materialice el proyecto llamado a insuflarles vida. Y la verdad es que la capital catalana no puede permitirse semejante despilfarro inmobiliario, por llamarlo de algún modo: ¿cómo puede una ciudad históricamente abrumada por la falta de espacio tener en barbecho un inmueble tan grande como el que acogió la Delegación del Gobierno central hace ya unos cuantos lustros? La desidia explica en buena medida el abandono de muchos de estos edificios. En algunos casos, la lentitud de las administraciones enquista este desperdicio. Pero en otras ocasiones, el estado de estos inmuebles obliga a llevar a cabo unas inversiones millonarias inasumibles para los operadores privados. Entonces, la colaboración público-privada resulta fundamental. Los acuerdos que harán posible la reapertura del teatro Capitol, en la Rambla, lo prueban.
Patrimonio en barbecho
Mostrar comentarios
{"allowComment":"allowed","articleId":"article-10599113","url":"https:\/\/www.lavanguardia.com\/opinion\/20250419\/10599113\/patrimonio-barbecho.html","livefyre-url":"article-10599113"}