Yaqeen, 11 años

Desde hace días no me puedo quitar de la cabeza la sonrisa de Yaqeen Hammad. 15.000 niños muertos son algo más insoportable si los cuentas uno a uno. Yo he empezado por Yaqeen, asesinada el pasado fin de semana por un bombardeo del ejército de Israel. La cría tenía 11 años y con la ayuda de su hermano y un móvil era la influencer más joven de Gaza. No hablaba de maquillaje ni de ropa. Tampoco se ponía filtros. No acudía a fiestas ni fingía bobadas o simulaba dramas. Simplemente, era ella regalando la alegría que solo una cría sabe poner en las cosas cotidianas, a pesar de las circunstancias que está viviendo Gaza desde hace más de un año.

La joven influencer palestina, de 11 años, Yaqueen Hamad muere en un ataque israelí

Una imagen que Yaqeen Hammad difundió en sus redes 

 

En sus vídeos enseñaba cómo cocinar lo que tenían, a ella repartiendo regalos entre los más pequeños, indicando dónde encontrar ayuda humanitaria o simplemente sonriendo, hablando y gesticulando hasta contagiarte de esperanza en un mundo posible lejos de la maldad de los adultos.

A Yaqeen la han asesinado por no poder escapar de su piel ni de su casa y porque les dio igual matarla

Yaqeen, por unos días, aún estará viva en las redes. Luego, olvidaremos su cara y en ella, una sonrisa buena, de las que no acusan a nadie. En su manita, dos dedos como signo de la victoria cuando vencer era solo seguir viva, conservar amigos, familia, casa, futuro. El fotoperiodista Mahmoud Bassam, que fue quien dio la noticia al mundo, la calificó como un faro de humanidad y creo que es una gran definición de lo que era, de lo que podía haber seguido siendo si Israel no hubiera aplicado su lógica salvaje, el ejemplo máximo de una bancarrota moral de una parte de su sociedad, ojalá que no mayoritaria.

Lee también

Guinardó: 12 points

Carlos Zanón
People cheer as they watch the 2025 Eurovision Song Contest finals being screened at a community center in Tel Aviv, Israel, on May 17, 2025. Austria's JJ won the 2025 Eurovision Song Contest on May 18, with his operatic song

Una lógica que en un momento consideró que procedía matar a un eventual terrorista si los daños colaterales eran una montaña de civiles alrededor. El que pone el escudo humano tiene su responsabilidad ética y penal. Quien lo asume como apenas un inconveniente, también.

La otra noche, el periodista Isaías Lafuente nos emplazaba a imaginar que para acabar con ETA el gobierno hubiera bombardeado Euskadi. Eso es Gaza. A Yaqueen la han asesinado por no poder escapar ni de su piel ni de su casa y porque les dio igual matarla. Una más en la montaña de 15.000 niños asesinados. No hay justificación para esas muertes. Tampoco para que Yaqeen no esté con nosotros. La necesitábamos. Yo, al menos, ya la echo de menos.

Etiquetas
Mostrar comentarios
Cargando siguiente contenido...