300 gallegos

Es muy probable que, en el cine o en alguno de sus numerosos pases en televisión, hayan visto ustedes la película 300 , basada en los cómics dibujados por Frank Miller y que cuenta la resistencia del rey espartano Leónidas, junto con sus 300 guerreros, oponiéndose, en el paso de las Termópilas, a las fuerzas de Jerjes I y a su pretensión de invadir y someter Grecia. Pues bien, hoy vamos a ir de hazañas bélicas para estrenar el mes de junio y, si me lo permiten, les contaré una pequeña e inverosímil historia que nunca ha inspirado ni un cómic ni mucho menos una película, al menos que yo sepa.

De paso, y como ya se acerca el verano, les puede ser útil para mirar con otros ojos parte del paisaje escocés, si es que se van a adentrar por allí.

En 1719, un batallón del regimiento Galicia ocupó el castillo escocés de Eilean Donan

Situémonos: el año es 1719 y, tras la guerra de Sucesión a la corona española, el cardenal Alberoni, consejero militar de Felipe V, planea tomar Londres y prepara dos expediciones militares.

La mayor, formada por 27 navíos y con 7.000 hombres a bordo, parte de Cádiz y naufraga frente a Fisterra. Una tormenta desbarató los planes del cardenal, que hasta pudiera ser que hubiese contactado con Carlos XII de Suecia –entonces una potencia militar– para que apoyara la fracasada invasión es­pañola.

Castillo Eileen Donan en Escocia (Reino Unido)

 

Simon Bradfield / Getty Images

Pero les he hablado de dos expediciones militares. Y si la mayor fracasó, la menor, que tal vez fue siempre planteada como una maniobra de distracción para forzar a los ingleses a llevar tropas a Escocia, partió de Pasaia con 300 gallegos al mando del teniente coronel Nicolás de Castro Bolaño, a su vez natural de Villalba. Los gallegos eran un batallón del regimiento Galicia (que aún existe) e iban a apoyar y fomentar la insurrección jacobita que pretendía restaurar en el trono a los Estuardo.

Nicolás de Castro contactó con los clanes escoceses y planeó tomar Inverness, pero se encontró con que la tropa jacobita era escasa y con más motivación que eficacia. Los soldados gallegos ocuparon el castillo escocés de Eilean Donan, que sin duda es uno de los más visitados e icónicos del país. Allí quedaron 50 hombres del contingente español, mientras De Castro intentaba con los demás el levantamiento jacobita, aliándose, entre otros, con el jefe del clan MacGregor, el célebre Rob Roy.

En mayo de ese año de 1719, la Navy envió cinco fragatas para tomar Eilean Donan. Los del Galicia rechazaron un intento de desembarco inglés, pero, al carecer de artillería, debieron rendirse ante el cañoneo constante al que fueron sometidos.

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Daniel Fernández
Britain's Prime Minister Keir Starmer, left, meets with French President Emanuel Macron, center, and German Chancellor Friedrich Merz onboard a train to Kyiv in Shegyni, Ukraine, where all three will hold meetings with Ukrainian President Volodymyr Zelenskyy, Friday, May 9, 2025. (Ludivic Marin, Pool Photo via AP)

Mientras tanto, el resto de los gallegos y unos mil jacobitas se enfrentaron, ya en el mes de junio, a un ejército inglés que, una vez más, contaba con la ventaja de su artillería de campaña. La batalla de Glen Shiel se decidió cuando varios clanes escoceses optaron por abandonar el campo. En la zona del enfrentamiento (hay un cuadro de Peter Tillemans) todavía hoy existe un paso de los Españoles y una colina de los Españoles.

Sobrevivieron 274 soldados del Galicia a esta pequeña guerra. Y su desempeño debió de ser notable, pues se les permitió marchar con sus banderas, estandartes y tambores. Hay discusión sobre si se les toleró también o no conservar sus armas, pero lo mismo da que da lo mismo.

Los ingleses los llevaron prisioneros a Edimburgo y en general recibieron muy buen trato, hasta el punto de que ya en el mes de octubre se les permitió, tras las oportunas negociaciones, regresar a ­España.

Fue la última vez que la parte continental del Reino Unido sufrió una invasión de tropa extranjera. Y supuso también la retirada española de buena parte de la primera línea de lo que hoy llamamos geopolítica , en beneficio tanto de Francia como, muy significativamente, de Gran Bretaña. Aunque aún se habría de participar en la independencia de las colonias americanas y el nacimiento de Estados Unidos, pero eso será otra historia.

Un detalle más para redondear el cuadro: el regreso de los gallegos no fue triunfal, ni mucho menos. España siempre prefiere héroes que no salven la vida. Así, solo la intervención del padre Feijoo (el benedictino Benito Jerónimo Feijoo) consiguió que Nicolás de Castro fuese restituido en su rango. No siempre se recompensa la supervivencia. Ni siquiera entre gallegos…

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