De Gerald Ford se decía que era un presidente incapaz de hacer dos cosas a la vez, como andar y comer chicle. La ciencia ha demostrado que éramos muy injustos con Ford, porque nuestro cerebro es secuencial, así que muy pocos mortales pueden abordar dos cuestiones a la vez y salir airosos. De hecho, una investigación de la Universidad de Utah ha concluido que solo el 2,5% de la población es capaz de realizar más de una tarea con éxito al mismo tiempo. Uno de los mortales que puede enfrentarse a dos problemas a la vez es Pedro Sánchez, que mantiene el control del PSOE a pesar de la vía de agua que le abrió Santos Cerdán y a la vez consigue un acuerdo con Mark Rutte, secretario general de la OTAN, para que España no tenga que destinar el 5% de su PIB a la Alianza Atlántica.
            
Al conocer que los españoles no tendríamos que pagar, al menos de momento, 3.000 euros al año de más de nuestros impuestos para contribuir a la defensa de Europa, pensé que Alberto Núñez Feijóo llamaría a Sánchez para felicitarle por la buena nueva. No me acordaba de que cuando uno es oposición debe encontrar mal lo que hace el Gobierno, incluso lo que se antoja razonable. Pero una cosa es no dar ni agua al Ejecutivo y otra es tirarle el vaso a la cabeza. Así que a Feijóo le faltó tiempo para convertir lo que parecía una buena noticia en el peor de los disgustos. Según él, Sánchez es un trilero sin legitimidad para adoptar el acuerdo sobre el gasto de defensa en la OTAN, a lo que calificó como un engaño más. El presidente le envió la carta de Rutte a través de X y le recomendó que buscara a alguien para que se la tradujera, a ver si aclaraba sus dudas.
El PP no va a perder las elecciones por decir que el Gobierno ha hecho algo bien
En las últimas horas, el presidente del PP ha sido más cauteloso en sus declaraciones, hasta el punto de reconocer que la OTAN le ha dado más flexibilidad a España. Otra cosa es que ayer Rutte hiciera una pirueta diplomática al declarar que no había ninguna excepción española, como si no se acordara de lo que había firmado, como si quisiera pasar de puntillas sobre sus compromisos.
Pero a la oposición le tocaría ponerse al lado del Gobierno en este asunto en lugar de boicotearlo. No se llega al poder por decir que el Ejecutivo todo lo hace mal, sino cuando la gente percibe que su plan es mejor.
            