Votar con odio

Desde que votamos en las primeras elecciones democráticas, yo siempre lo hice, ilusionado, a favor de alguien, una persona, un partido o unas ideas que coincidieran con las mías. Como creo que hizo la mayoría de la población española. Además, la ilusión de votar hacía verlo todo con más optimismo. Pero me doy cuenta de que hoy parte de esa ilusión por aupar a tu candidato favorito se ha convertido en odio a los candidatos rivales, acrecentado por la corrupción, lo que me trae a la memoria las infaustas dos Españas. Solo que ahora son cuatro: extrema derecha, derecha, izquierda y extrema izquierda.

People vote at a polling location at Louis D. Brandeis High School on mayoral primary election day in the Manhattan borough of New York City on June 24, 2025. New York Democrats cast ballots Tuesday under smothering summer heat to choose the likely next leader of the largest US city, someone voters say must resist President Donald Trump and provide relief to high costs of living. With about a dozen candidates offering a range of personalities and proposals, the race is an increasingly tight contest between former governor Andrew Cuomo, 67, and state assemblyman Zohran Mamdani, 33, who has mounted a surprise challenge to the better-known but tainted frontrunner. (Photo by TIMOTHY A. CLARY / AFP)

   

Afp

Y si pudiera resultar lógico que las dos fuerzas extremas no se puedan entender, por lo alejadas que están, no parece tan lógico que suceda lo mismo con las otras dos. Sin olvidar a los partidos nacionalistas, que suscitan tantos amores como odios.

¿Es normal? Por lo que leo de otros países, parece que sí y es muy preocupante. Se supone que estamos aquí para construir un futuro mejor para nuestros hijos y eso no se logra con odio, sino con la comprensión de lo que opinan los demás y el esfuerzo conjunto de aunar opiniones, cosa que se hace cada vez más difícil con la evidente corrupción de la que todos deberían avergonzarse. Si todos los partidos se insultan con una fuerza inusitada y un lenguaje impropio de sus señorías, que deberían ser un ejemplo de respeto y educación, ¿qué ha de pensar el pobre elector? ¿A quién admira más o a quién odia más?

Los debates públicos no ayudan, acusándose unos a otros de corrupción

Una reciente encuesta en EE.UU. muestra que solo el 37% votaría hoy a Trump. Probablemente un porcentaje mayor votaría contra Trump, aun sin saber quién es el candidato demócrata. Creo que lo mismo puede pasar aquí si no cambian las cosas. Muchos ya saben contra quién votarán: contra el que más odien, y darán su voto a quien más daño le pueda hacer. En las autonómicas y las legislativas. Pasa menos en las municipales, donde la cercanía entre el candidato y los votantes es mayor.

Lee también

¿El arte es de derechas o de izquierdas?

Luis Bassat
Votar con odio

Los debates públicos no ayudan, acusándose unos a otros de corrupción o, peor, de actitudes mafiosas, lo que desafortunadamente se va demostrando cierto. En estos casos, la justicia debería ser rápida y contundente. Las descalificaciones se convierten en insultos, el lenguaje es barriobajero, lo que denota una falta de educación fundamental. Transmiten odio a las personas y las ideas. ¿Es auténtico odio o es una actitud electoral? El odio levanta pasiones, pero no son estas pasiones las que levantan un país.

Mostrar comentarios
Cargando siguiente contenido...