La lengua rápida de los políticos

futuros imperfectos

La lengua rápida de los políticos
Consejero editorial

Me disgusta que los políticos digan cosas en las que no creen, simplemente para desgastar al adversario. Ya sé que Sunzi dejó dicho que el arte de la guerra se basa en el engaño, así que una exageración o una mentira forma parte de las batallas para alcanzar los objetivos. Pero, en todo caso, la política es la guerra por otros medios, en principio más civilizados.

undefined

  

Borja Sanchez-Trillo / Efe

Pensaba en esto mientras leía la entrevista que este diario publicó ayer con Ester Muñoz, la nueva portavoz del grupo parlamentario del PP y figura emergente de la formación, que no se arredra en sus enfrentamientos con el Gobierno. Los tipos duros no bailan, tituló una de sus novelas Norman Mailer. Sin embargo, no dijo nada de las mujeres y a Muñoz le encanta el baile y aún más ser dura en política.

Causa perplejidad que Ester Muñoz (PP) diga que Illa se ha propuesto liderar el ‘procés’

Mi perplejidad sobrevino cuando la periodista Silvia Angulo le preguntó si la situación de Catalunya no era ahora mejor. La portavoz popular respondió que Illa (y Sánchez) se han propuesto liderar el procés, asumiendo las tesis independentistas para poder gobernar allí y el paso siguiente que les queda es el referéndum. Estoy convencido de que Ester Muñoz no se cree seriamente este razonamiento, aunque pueda figurar en algún argumentario de su partido. Illa no es un independentista emboscado, sino el político que ha rebajado la tensión en Catalunya, consiguiendo que el independentismo haya bajado por debajo del 40% y que regresaran grandes empresas y entidades financieras que cambiaron su sede.

Lee también

Un día de acrobacias

Màrius Carol
Pleno de presupuestos en el congreso

Entiendo que en el PP manda una generación que eran niños cuando José María Aznar pactó con los nacionalistas catalanes en 1996. Para llegar a la Moncloa, Aznar se comprometió a suprimir los gobernadores civiles sobre los que pivotaba el orden público, a quitar el control de las carreteras catalanas en manos de la Benemérita para pasarlo a los Mossos, a eliminar el servicio militar obligatorio, a decretar que Catalunya gestionara el 30% del IRPF y el 100% de patrimonio, sucesiones y el juego. E incluso colocó en las empresas públicas a nacionalistas de CiU. Entonces nadie dijo que se rompía España. Y eso que Aznar incluso hablaba catalán en la intimidad.

Etiquetas
Mostrar comentarios
Cargando siguiente contenido...