Los talibanes de la playa

La expresión mágica es “hay que concienciar”. ¿A quién? A todos nosotros: ¡no se os puede dejar solos! Para endulzar la píldora, los pastores no hablan de “rebaño” sino de “ciudadanía”. A la vista del trato –y si no es mucho pedir– casi preferiría que me llamasen oveja, de esas que balan, ¡beee!, suavizan la colada y contaban los niños en las noches de insomnio.

02/07/2025 Este verano, en la playa de Riells de l’Escala, solo funcionan las duchas para quitarse la arena de los pies. Mar Duran/Nord Media

 

Mar Duran/Nord Media/Archivo

Los pantanos de Catalunya están casi al 80% y para festejarlo medio litoral mantiene el corte de agua en las duchas playeras. Y el que quiera quitarse la sal que se compre un chalet con jardín, piscina y ducha exterior o alquile un yate y todos contentos...

Los pantanos están casi llenos y para celebrarlo cerramos las duchas de la playa...

Al parecer, putear al pueblo forma parte del proceso de “concienciación” porque algún día, quizás, lloverá poco y hay que estar forjados en el sacrificio, las penurias y la corrección política. ¡Qué alegría se llevaría Mao Zedong, adalid del paternalismo y la reeducación!

Los ayuntamientos de la costa instalaron duchas en su día –no hablamos del siglo XIX– porque quitarse la arena de la playa es una pequeña comodidad de esas que hacen la vida más agradable a los paganos –perdón, contribuyentes–, especialmente a los pringados que van y vuelven de una playa sin los recursos para una segunda residencia y sus impuestos –bastante elevados, por cierto–. Tenemos duchas y pantanos llenos, pero les cortamos el agua...

Como siempre, el foco del asunto no se dirige a las cuantiosas pérdidas de agua por mal mantenimiento de las tuberías o la insuficiencia de desalinizadoras. El foco de la autoridad competente recae en el ciudadano del siglo XXI con esa habilidad psicológica que gastan las administraciones para hacerte sentir culpable de todo. ¡Pecadores! De modo que progresos que contribuyen al bienestar le son negados, a modo de castigo bíblico. ¡Viva el paternalismo!

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Naturalmente, si protestas, eres un negacionista del cambio climático, votante de Vox o mal bicho. Puestos a concienciar, estaría muy bien que los alcaldes concienciasen a los suyos de no meter mano en la caja, colocar a los amigos o dejar para el que venga las infraestructuras de calado. Urge más. Y sería más pedagógico.

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