Qué ganas de que llegue Navidad… Y eso que todavía no he iniciado la esperada pausa estival con esas vacaciones que siempre se hacen cortas, por más largas que sean. El calor, para muchos infernal, de este julio poco tiene que ver con este deseo de plantarme a las puertas del invierno, amante como soy de las temperaturas elevadas. La verdadera razón tiene nombre de seta a pesar de que sea un perro: Rovelló (Polvorón en castellano, un nombre casualmente navideño).
Coincidiendo con ese periodo del año tan dado a los dulces y a los regalos, los incansables Grumets de La Galera publicarán un verdadero obsequio, la secuela del clásico con el que Josep Vallverdú ganó el premio Folch i Torres en un lejano 1968, un imprescindible de la hoy en día llamada LIJ (literatura infantil y juvenil, que, no lo olvidemos, es de las más leídas).

Josep Vallverdú en las celebraciones de su centenario
Josep Vallverdú sorprende pasado su centenario con una nueva aventura de su mítico Rovelló
El pasado 9 de julio, el día que el autor cumplió los 102 años, que se escriben rápido con solo tres teclas, en vez de esperar regalos, decidió ofrecer uno a sus lectores, que son muchos y entusiastas, como esos niños que todos fuimos. Y entregó a la mítica editorial el manuscrito de El retorn de Rovelló . Llegar a los 102 tiene mérito, pero todavía más hacerlo con esa vitalidad y capacidad creativa tan propia de Vallverdú, que hace un par de años, coincidiendo con su centenario, fue testigo privilegiado, como pocos, de la celebración del año Vallverdú organizado por la Institució de les Lletres Catalanes. En aquel entonces cerró su ciclo de memorias con la publicación de Mosaic de tardor , el cuarto volumen de un siglo de vida, que da para mucho.
Pero el prolífico escritor, con más de 300 obras publicadas, siguió escribiendo. Especialmente poesía, a la que se ha entregado últimamente a pesar de que siempre le ha acompañado. También otros géneros y, evidentemente y para sorpresa de todos, este libro infantil del que poco ha trascendido más allá de que Vallverdú no ha dejado solo a Rovelló en su nueva aventura. Le acompañan a lo largo de las páginas personajes y escenarios de otras obras suyas, unos cameos con los que el autor reúne piezas relevantes de su universo creativo.

Josep Vallverdú junto a su esposa Antonieta Vilajoliu
Han pasado 57 años y la nueva historia de Rovelló, cuya estatua se puede ver en Balaguer, ciudad donde reside el maestro junto a su mujer, Antonieta Vilajoliu, seguirá teniendo, sin duda, el mismo tono “alegre, ágil y de buen leer” que Joan Triadú describía en el inicio del prólogo de la mítica novela infantil. Es decir, la marca de la casa de un Vallverdú siempre inteligente, pulcro, jocoso y, cómo no, eternamente joven.