El sátrapa y la indiferencia

“¡Mira, Trump jugando a golf!”, dice el pequeño Pau de seis años, mirando la portada de La Vanguardia del pasado miércoles. “Trump es tonto”, afirma Lluc, de nueve años. “¿Por qué lo dices?”, pregunta el abuelo. “En lugar de pensar en las mil cosas de su país, se pone a jugar al golf. ¡Hay que ser tonto!”. “Jugar a golf no es el problema­ –corrige el abuelo– sino que haga negocios con el golf mientras es presidente. Trump es un sátrapa”.

Eric Trump applauds as his father, U.S. President Donald Trump, tees off, on the day of the grand opening of Trump International Golf Links Aberdeen in Balmedie, Aberdeen, Scotland, Britain, July 29, 2025. REUTERS/Evelyn Hockstein

   

Evelyn Hockstein / Reuters

“¿Qué significa sátrapa?”. “Un gobernante despótico y arbitrario”. “No te entiendo”. “Despótico –explica el abuelo– es el que manda sin respetar ninguna ley ni norma. Trata mal a los que están por debajo de él. Es como si yo ahora, en vacaciones, os obligara a hacer deberes todo el día o, al contrario, os prohibiese hacerlos y tuvierais que volver a la escuela sin haber repasado nada; o como si no te dejara ir a la pista a jugar al fútbol con los amigos. Imagínate que estás jugando al fútbol y un árbitro pita lo que le da la gana. Expulsa a los jugadores que le caen mal, provoca faltas por diversión, cambia las reglas a su gusto”. “Yo soy capitán de mi equipo –dice Lluc– y protestaría”. “¿Y si el árbitro se burlara de tus protestas?”. “Abandonaríamos el campo”. “Pues Ursula von der Leyen, que ha ido a saludar a Trump mientras inauguraba un campo de golf privado, en vez de marcharse con los europeos, se ha arrodillado ante el sátrapa”.

Imagínate que estás jugando y el árbitro cambia las reglas y pita lo que le da la gana

“¿Quién es esta Úrsula?”. “Sería largo de contar”, dice el abuelo, y deja que los nietos busquen noticias de Lamine Yamal en las páginas de deportes. A los nietos, el abuelo les explica sobre todo batallas míticas, como la de Farsalia entre César y Pompeyo (coleccionan los romanos de Playmobil). No le gusta hablarles de las miserables realidades de hoy.

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Palestinians carry aid supplies that entered Gaza through Israel, in Beit Lahia in the northern Gaza Strip, August 3, 2025. REUTERS/Ebrahim Hajjaj

Escribiendo sobre la desaparición de la infancia en la era de la televisión (y sin haber conocido el monstruo de internet), Neil Postman sostenía que los niños de ahora acceden a informaciones que dinamitan la frontera del pudor. Lo saben todo del sexo, de la violencia y de los horrores (Gaza). Saben que los dirigentes del mundo son o incompetentes o tramposos (títulos falsificados) o sátrapas. Inevitablemente, esta información los prepara para el cinismo y la indiferencia.

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