Hasta el 31 de agosto aún se puede visitar la exposición del KBr (vecinos, periodistas, maestros y socios de Mapfre no pagan). Por un lado, Edward Weston, un clásico del que, bajo el epígrafe La materia de las formas, se ofrece una selección de imágenes que disparan la curiosidad en múltiples direcciones. Weston es el fotógrafo que dijo: “La cámara fotográfica ve más que el ojo humano, ¿por qué no aprovecharlo?”.

La exposición así lo confirma y permite darnos cuenta de que no hay nada más inmersivo que las dos dimensiones de unas fotografías bien iluminadas. La selección de intereses visuales y algunos títulos entre pictóricos y literarios son elocuentes: Prólogo a una primavera triste o dos fotografías de retretes (Excusado, de la época mexicana del artista). También hay dunas, plantas, nudos de geometría diversa, piedras y unos pimientos reconvertidos en metafóricas naturalezas vivas.
La exposición del KBr es espléndida y puede verse hasta el domingo 31 de agosto
Como siempre ocurre en el KBr, la propuesta fotográfica se bifurca con una segunda exposición, teóricamente con categoría de telonera, que seguro que interesará a los suscriptores y lectores de La Vanguardia. La década convulsa (1929-1939 ), del fotoperiodista Joan Andreu Puig Farran, que ilustró muchos reportajes y algunas portadas de este periódico. La década, en efecto, es un concentrado de turbulencias. La prueba: se incluyen imágenes de los Fets d’Octubre, ramalazos revolucionarios, hábitos de cultura contestataria o folklórica, la apoteosis de varios deportes, la bohemia, la consolidación de la fotografía como potentísimo medio de comunicación –viral, diríamos hoy– y un inventario de tipos singulares que, por acumulación, conforman el censo visual de un tiempo y de un país.
Tomen nota: curas, pastores, pescadores, políticos, soldados, mutilados, catalanes universales que aún no saben que lo serán, castellers, vagabundos, cadáveres, reinas de la belleza, gitanos, bañistas, huérfanos, cocineros, bailarines e incluso un testimonio que parece sacado de una novela de ciencia ficción: en 1936, un mitin unitario –repito: ¡unitario!– organizado por la FAI, la CNT, el PSUC y UGT. Recuerden: la exposición se acaba el 31 de agosto y es espléndida.