El bello verano

LA VIDA LENTA

Lo llamamos como la novela de Cesare Pavese. La idea fue de Guillem Frontera, que dirigía aquel suplemento cultural del Diari de Balears en el que, a finales de los noventa, hice las prácticas estivales con Maties Salom. Estudiábamos Periodismo y teníamos casi la edad de Frontera cuando escribió Els carnissers, donde retrata la transformación de los valores y la sociedad a partir de los nuevos flujos de dinero provocados por el boom turístico. Ya no se aprecian el saber, ni las raíces, ni lo que eres, sino lo que puedes llegar a tener. Da igual cómo lo consigas: la codicia y la corrupción han hecho de la isla una Sicília sense morts, escribió también Frontera, siempre lúcido.

trafico palma

 

CATI CLADERA / EFE
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Dedicamos un número de El bell estiu a la autopista que se construiría entre Palma y Manacor porque el paisaje, como la cultura, marca referencias y referentes, crea una perspectiva desde la que se observa el entorno. Visitamos granjas y extensiones de almendros afectadas, hicimos fotos con la luz más bonita del mundo. Resultaba increíble que todo aquello pudiera desaparecer. Pero así fue, y desaparecieron tierras y casas en el desdoblamiento de Campos a Llucmajor, como desaparecerán otras bajo construcciones, aparcamientos y ampliaciones de asfalto. ¿Se llega antes a los sitios en la antaño isla de la calma? Hay más coches. ¿Se han reducido los accidentes? Hay más coches. ¿Se han evitado los atascos? Hay más coches. Y menos belleza.

¿Se han reducido los accidentes en Mallorca? Hay más coches, y menos belleza

Escrito en 1940, El bello verano de Pavese refleja el tiempo exaltado de la adolescencia, breve y enamorado que, en cuanto empiecen el frío y la madurez, dará paso a la desesperanza. Algo hay de aquella inminencia en Mallorca. Aunque él no creyera que los mallorquines, como pueblo, puedan sobrevivir, Frontera reclamaba que al menos puedan decir las últimas palabras, el porqué de esta muerte. Murió el invierno pasado y, según le explica a Pere Antoni Pons en la conversación de Paisatge canviant amb figura inquieta, siempre tendió al hedonismo, basado en una curiosidad polivalente que satisfizo, en la voluntad de pasarlo bien y vivir intensamente.

Lo mismo pasa con los bellos veranos que, contra todo pronóstico, siguen aquí, una vez más. Hay que celebrarlo.

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