Preparando el año IV d.Ch.

Preparando el año IV d.Ch.
Presidente de Accent Obert

ChatGPT se presentó el 30 de noviembre del 2022 y para muchos fue un cambio de era: el día en que la inteligencia artificial se puso al alcance de todo el mundo. Estamos acabando el año III después de ChatGPT (d.Ch.) y en diciembre empezará el año IV d.Ch. Han sido tres años de sorpresa, miedo y fascinación con el foco puesto en descubrir la herramienta y sus alternativas, como Gemini, Claude, DeepSeek, Grok, Perplexity y tantas otras, pero en este año IV d.Ch. ya toca ponernos serios con los cambios organizativos que todo esto supone para cualquier empresa. 

Es evidente que cambia las formas de trabajar, pide organizar a los equipos de otra manera, redefinir las relaciones laborales, cambiar procesos, revisar jerarquías… Es cierto que la inteligencia artificial supone, en la práctica, reconsiderar casi todo el software que utilizamos, pero, ahora que la IA está al alcance de todo el mundo, la ventaja competitiva será para quien sea capaz de reconsiderar sobre todo la manera de organizarse.

Código informático, ciberseguridad. CHARLES DELUVIO / UNSPLASH 06/11/2020

 

Servicio Ilustrado (Automático) / EP

Empieza a haber empleados utilizando en el trabajo sus propias soluciones hechas con IA, y las empresas no están acostumbradas a que los empleados tengan software personal. Hasta ahora todo el software se había comprado o hecho a medida siempre bajo el control de los responsables informáticos, pero ahora no. Hay técnicos de marketing que se apoyan en IA para elaborar, planificar y publicar contenidos en las redes sociales, comerciales que la utilizan para hacer seguimiento de los competidores o detectar tendencias en el sector, personal de atención al público que la utiliza para responder más rápido y con mayor detalle, y ninguna de estas soluciones ha sido supervisada por el departamento de sistemas; de hecho, en muchas ocasiones ni tan solo conocen su existencia.

Siempre ha pasado que dentro de la organización hay tareas que no se sabe cómo han sido resueltas. Cuando un comercial ha preparado el presupuesto o el recepcionista de un hotel ha contestado un correo en japonés, ¿cómo lo han hecho? ¿Con sus conocimientos, ayudados por la familia o con el apoyo de un programa informático? Vete a saber. En un escenario donde se evalúa el resultado sin preguntar demasiado por el proceso, los que tengan mejores herramientas sencillamente serán mejores.

Si los empleados usan herramientas de IA propias, puede ser un problema, pero es peor si no lo hacen

Las herramientas propias de los empleados pueden ser fuente de innovación y eficiencia, pero también de problemas, y por tanto hay que minimizar riesgos. Los trabajadores se pueden apoyar en soluciones propias siempre y cuando respeten unas normas que habrá que definir: cumplir con el marco legal y la confidencialidad, no poner en riesgo los activos de la compañía, aplicar criterios éticos si es que la empresa los tiene… y todo esto acabará incorporado de manera explícita en los contratos laborales, y si no, al tiempo.

Además, hay quien pide a los empleados que informen del uso de herramientas propias para así poder evaluar si la solución ya está bien como recurso personal o mejor que se comparta con el equipo, y tendremos conflictos de propiedad intelectual con discusiones como qué derechos tiene un trabajador asalariado que se ha hecho una herramienta propia en horario laboral.

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Genís Roca
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Habrá una explosión de herramientas, algunas ambiciosas, que llevarán al colapso al departamento de informática, acostumbrado a controlar cualquier programa informático de la empresa.

El reto es evitar que este departamento se convierta en cuello de botella y que cada equipo pueda explorar y desarrollar sus propias soluciones, bajo las mismas condiciones que los empleados (de acuerdo con la ley, con un uso correcto de los datos, etcétera). Ahora mismo hay empresas que ofrecen una licencia corporativa de IA, ChatGPT por ejemplo, a sus empleados, al menos a algunos. Donde eso no sucede los más inquietos se la pagan de su bolsillo y la empresa pierde el conocimiento de lo que se está haciendo y tiene más dificultades para escalar las soluciones al resto del equipo. Una empresa puede tener problemas si sus empleados usan programas informáticos propios, pero lo realmente terrible ya es que ninguno de ellos lo esté haciendo. Es necesario encontrar un nuevo equilibrio entre agilidad y control. Preparad el año IV d.Ch.: organizaos.

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