Woody Allen ha dicho que Donald Trump es un buen actor, como comprobó durante el rodaje de Celebrity en 1998, así que le encantaría que apareciera en su próxima película. Si acepta, Allen podría recordarle entre secuencia y secuencia, con complicidad propia de colega neoyorquino, algo que el cineasta declaró en una ocasión: “Mi forma de bromear es decir la verdad, no hay broma más divertida”.

A Trump le cuesta distinguir la verdad de la mentira. Es más, encuentra mucho más sugerente la mentira porque obliga a quien la inventa a ser más creativo y sobre todo muy convincente. Pero además, al presidente le encanta hacer bromas en medio de sus discursos.
La última vez fue hace apenas unas horas, cuando la prensa le preguntó sobre el incidente en el avión de Ursula von der Leyen, quien sufrió un sabotaje que dejó la aeronave sin comunicación ni GPS, lo que obligó a los pilotos a aterrizar manualmente en Plovdiv (Bulgaria), mediante mapas de papel.
Trump, sabiendo que el contraespionaje europeo responsabiliza a los rusos del ciberataque, no se refirió a ello, limitándose a comentar entre risas: “Nadie sabe de donde vino el ataque, pero a la presidenta le quitaron la capacidad de usar el móvil y eso es algo bueno. Esto podría pasarme a mí y estaría muy feliz”.
Trump se permitió bromear sobre el sabotaje al avión de Ursula von der Leyen
El incidente del avión de la presidenta de la Comisión Europea sucedió el domingo, tres días después de que bombardearan un edificio cercano a la delegación de la UE, que resultó seriamente dañada y que se ha interpretado como una advertencia por el apoyo sostenido a Ucrania. La respuesta de Trump no solo resultó inapropiada, sino que pareció una provocación.
En su película de rusos, La última noche de Boris Grushenko, Allen le hace decir al protagonista que no servía para soldado, pues había dormido con la luz encendida hasta los 30 años. Ignoro si esta fue la excusa con la que Trump evitó cumplir el servicio militar en cinco ocasiones. Pero ahora que como comandante en jefe se le ha despertado el ardor guerrero y ya no gasta en luz cuando se acuesta podría ponerse serio en lugar de bromear cuando alguien juega con la seguridad de sus aliados.