Putin y Xi, inmortales

Putin y Xi, inmortales
Director de La Vanguardia

La inoportunidad de un micrófono abierto permitió descubrir ayer el contenido de las conversaciones triviales­ que mantienen algunos de los líderes más poderosos del mundo. Un error, que confiamos que no fuera humano para salvaguardar la integridad del responsable, facilitó que la prensa conociera que el tema que cautiva a Vladímir Putin y a Xi Jinping es la inmortalidad. No debería sorprendernos si el primero lleva 25 años al frente de Rusia y espera estar, de momento, hasta el 2036 y el segundo es el máximo dirigente de China desde hace 13 y no se le vislumbra sucesor.

Mientras caminaban hacia la plaza de Tiananmen, en Pekín,
donde iban a presenciar un desfile militar, se escuchó al traductor chino de Putin afirmar: “Los órganos humanos pueden tras­plantarse continuamente. Cuanto más se vive, más joven se vuelve, e incluso se puede alcanzar la inmortalidad”. A lo que Xi le res­pondió que hay predicciones que aseguran que “en este siglo la humanidad podría vivir hasta los 150 años”. No se pudieron recoger más frases y no sabemos a qué reflexiones llevó la conversación entre Putin y Xi, ambos de 72 años, en la que participaba también el joven líder norcoreano, Kim Jong Un, de 41.

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El presidente ruso Vladímir Putin y su homólogo chino Xi Jinping, este miércoles

ALEXANDER KAZAKOV / AFP

Putin confirmó después la veracidad de esta conversación y defendió la posibilidad de que los avances de la biotecnología faciliten el reemplazo de órganos para prolongar al máximo la vida activa. Al presidente ruso no se le ocurrió otra salida que citar a otro líder, Silvio Berlusconi, que ya había tocado este tema con anterioridad en su época. Quizás la referencia era debida al uso habitual de retoques en el rostro que se hacía el ex primer ministro italiano y a los que también recurre ahora Putin. Los expertos en cirugía plástica aseguran que el mandatario ruso opta por rellenos de ácido hialurónico e inductores de colágeno para evitar que el rostro se vaya arrugando con el paso de los años. En su entorno próximo tiene un cirujano estético.

Puede parecer una anécdota intrascendente, pero en el fondo lo que subyace es la voluntad de ambos dirigentes autócratas de permanecer en el poder ya no solo contra la lógica de la política, sino también contra la lógica del tiempo. Quieren ser inmortales.

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