Prevenir los incendios

Durante los fines de semana, unos amigos y yo solemos hacer en bicicleta una ruta por una preciosa carretera. De Llavaneres a Sant Vicenç de Montalt, Arenys de Munt, Sant Iscle, Sant Cebrià y Sant Pol. Ida y vuelta son 50 kilómetros, que antes hacíamos en bicicletas de carretera y desde hace unos años con bicicletas eléctricas, en las que hay que pedalear igual, pero el motor eléctrico te ayuda, especialmente en las subidas. Un día, subiendo el Coll del Pollastre, dos jóvenes ciclistas nos pasaron y, al ver nuestras bicis, nos dijeron despectivamente: “Así ya podéis”. A lo que les contesté: “Os cambio la bici por vuestra edad”. Cuando les dijimos que Pere tiene 88 años y yo 83, callaron.

A Arenys de Munt, al Maresme, s'ha arribat als 24 graus i al migdia ja havien arribat núvols alts. // Pere Lluís Donoso

 

Pere Lluís Donoso

Ir en bicicleta tiene la ventaja de que ves cosas que pasan desapercibidas cuando conduces un coche. La velocidad de la bicicleta es idónea para disfrutar los detalles del paisaje. Solamente se ven mejor en un paseo a pie, pero suelen ser distancias mucho más cortas. La carretera de Mata serpentea entre preciosos bosques de pinos y también de encinas que, vistos a nuestra velocidad, nos descubren que hay un buen número de árboles secos y otros que lo estarán muy pronto, porque el bosque es tan tupido que muchos pinos están escuálidos y solo despuntan unas ramitas verdes arriba de todo. Si a esto añadimos que el sotobosque está muy crecido y seco, es evidente que el peligro de incendio es enorme.

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Este verano, con tantos incendios por doquier, no he dejado de pensarlo y el otro día, cuando un experto forestal dijo por televisión que el 72% de los bosques de España son privados y el 28% públicos, lo vi claro. Creo que el Estado, las autonomías y los ayuntamientos han de dar ejemplo y tener ese 28% perfectamente limpio, talar no solo los árboles secos, sino también las ramas secas de los demás y esponjar los bosques talando los árboles escuálidos y dejando una cierta distancia entre los demás. Una vez hecho eso, las administraciones estarán perfectamente legitimadas para exigir a los propietarios privados del 72% de los bosques que hagan lo mismo.

Ya sé que, para algunos, esto puede ser un gasto desmesurado, pero si uno no puede mantener cuidada su propiedad, tal vez deba venderla. Lo que es seguro es que el vendaval de incendios de este año no se puede repetir. Ha costado vidas humanas y una fortuna apagarlos.

¿No es mejor gastar esa fortuna en prevenir los incendios del año próximo? Yo no tengo ninguna duda. Se debe empezar enseguida para intentar llegar al próximo verano con un buen número de bosques limpios. Si no lo hacemos, serán responsables sus propietarios: las administraciones y los privados.

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