No me llames genocidio, llámame Lola

confusión vital

Lo intento, pero no logro entender la posición de la derecha española con la ocupación de Gaza. Particularmente la del PP. Han repartido un argumentario a sus dirigentes para que no pronuncien la palabra genocidio, como quien juega al Tabú.

opi 3 del 20 setembre

 

Martín Tognola

Da igual que lo diga la ONU. Ellos a lo suyo. La contundencia que les ha sobrado en otros conflictos parece que no la tienen con este. Son duros con la utilización interesada que según ellos está haciendo el Gobierno español de la situación en Gaza. Pongamos que tengan razón. Manual de resistencia, capítulo 74, por lo menos. Pedro Sánchez lo está volviendo a hacer. Algunos creyeron que se lo cargaban antes del verano. El presidente más presidencialista de los últimos tiempos estaba contra las cuerdas. Hasta su rostro lo reflejaba… y lo refleja. No sé si esta vez le dará para remontar, pero está claro que agarrar la bandera palestina y convertirse en el dirigente mundial más duro contra el Gobierno de Israel le hace más fuerte.

Cada declaración de los Netanyahu Boys contra Sánchez debe de ser celebrada en la Moncloa como un gol de la selección. No le va muy bien que dirigentes de Hamas le aplaudan, pero ahora la atención está centrada en la barbarie que está cometiendo, con absoluta impunidad, el Gobierno más occidentalizado de la zona. Con ministros israelíes que dicen sin escrúpulos que cuando acabe la demolición vendrá la reconstrucción y el negocio inmobiliario. Con la colaboración nada disimulada de los Estados Unidos de Donald Trump, estremecido ante el asesinato de un predicador de su fe. 

Sorprende tanta conmoción por Charlie Kirk, y tan poca por decenas de miles de gazatíes. Paradójicamente, el caso Kirk nos enseña la cara más hipócrita del trumpismo: el despido de Jimmy Kimmel de la ABC. Los que se apropiaron de la palabra libertad, del concepto cultura de la cancelación, convertidos en canceladores. Los reyes del “ya no se puede decir nada”, censurando sin contemplaciones. Tomen nota de lo que viene.

Ayuso comparó lo de la Vuelta con el sitio de Sarajevo: el club del “me gusta la fruta”, desatado

Las imágenes que llegan cada día desde Gaza son insoportables. Son muchos los ciudadanos españoles que sienten orgullo por la contundencia de Sánchez. Ciudadanos que se habían quedado sin motivos para volver a votar a la izquierda. Estas últimas semanas algo se ha despertado. No sé cuánto. La ola pro Palestina se está levantando no solo en España, también en el resto del mundo. Huele a “No a la guerra”.

Y al PP le ha vuelto a coger a contrapié. Con un Feijóo eclipsado una vez más por Ayuso, que, junto a Aznar, ha levantado la bandera proisraelí con descaro, sin vergüenza. Lo primero que hizo ante la suspensión de la última etapa de la Vuelta fue hablar de kale borroka. Nunca está de más sacar a pasear un poquito a ETA. Por cierto, en su momento el terrorismo de ETA fue calificado por Aznar de limpieza étnica. No lo ha dicho sobre Gaza. Ayuso comparó lo de la Vuelta en Madrid con el sitio de Sarajevo. El club del “me gusta la fruta”, de­satado. ¿Qué pensará Moreno Bonilla?

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opi 3 del 13 setembre

Vivimos tiempos muy emocionales. Políticos como Sánchez o Ayuso, o incluso Abascal hundiendo el Open Arms, saben mover a su gente por emociones, por más disparatada que parezca la declaración. Feijóo no. Feijóo hace intentos en vano. Habla de los puteros del PSOE y no le pega. Dice que Sánchez pactaría con el mismísimo Netanyahu para mantenerse en el poder, y no se lo cree ni él. En las encuestas, después de toda la que ha caído, no se refleja ningún crecimiento de su partido. Supongo que la élite del poder judicial tendrá algo preparado para mantener el nervio. Esos jueces que nunca hacen política saben que sigue en vigor “el que pueda hacer que haga”. No lo olvidan. No lo olviden.

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