No hagan olas

“Los demócratas no importan. La oposición real son los medios. Y la forma de lidiar con ellos es inundar la zona con mierda”. Era el 2018, y Steve Bannon ya era una celebridad y un faro para la disruptiva nueva extrema derecha mundial. Hacía pocos meses que había abandonado la primera administración Trump, que ayudó a conseguir. Pero su tarea más importante ha sido diseñar el método para que el iliberalismo, las noticias falsas, la manipulación y las trampas puedan condicionar electorados, crear un clima histérico alrededor de un líder mesiánico y conseguir destruir las democracias e implantar su agenda machista, homófoba, xenófoba y autoritaria.

BROADVIEW, ILLINOIS - SEPTEMBER 19: Demonstrators protest outside of an immigration processing center on September 19, 2025 in Broadview, Illinois. The demonstrators were protesting a recent surge in ICE activity in the Chicago area, part of the Trump administration's crackdown on undocumented immigrants in the area dubbed Operation Midway Blitz.   Scott Olson/Getty Images/AFP (Photo by SCOTT OLSON / GETTY IMAGES NORTH AMERICA / Getty Images via AFP)

Una manifestante contra las políticas de Trump, anteayer en Illinois 

Scott Olson/ Afp

Inundar la zona de mierda: una cacofonía constante de mentiras y despropósitos. Y funciona. Empresas como Cambridge Analytica, con Bannon como vicepresidente, compraron o robaron datos personales de millones de personas para bombardearlas con falsas noticias y publicidad que guiara su voto en un clima asfixiante en el referéndum del Brexit. O en cualquier elección desde entonces, cuando nunca sabes si son los rusos o los discípulos de Bannon los que inundan de mierda las redes.

Con los regímenes autoritarios, los primeros en caer son los periodistas

Los medios son los enemigos. Con los regímenes autoritarios, los primeros en caer son los periodistas. Lo hemos visto en Hungría, Polonia, Rusia, China y una larga lista, incluyendo los asesinatos selectivos de reporteros en Gaza por parte de Israel. También en las democracias las presiones y llamadas más o menos amenazadoras siempre intentan que no se publiquen las críticas y conseguir una línea editorial favorable. Con resultados diversos. Pero ahora, esta tarea oculta se está haciendo con el foco encendido que lleva siempre Trump. Primero, se satura a los medios con miles de declaraciones e iniciativas extremas y alocadas y, cuando aún están pa­lean­do la mierda a ver qué puede ser importante, se amenaza al medio si no silencia las críticas.

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