La economía española confirma su gran dinamismo y su robusto crecimiento. Parece evolucionar al margen –al menos por ahora– del tenso panorama político interno y del complejo escenario geopolítico. El producto interior bruto (PIB) del segundo trimestre, mucho mejor del esperado, así lo demuestra. Igual lo hacen la mayoría de indicadores económicos, incluido el empleo, con un mercado laboral que registra récord histórico de ocupados. La confianza en la economía española se refleja en la cotización de la prima de riesgo, que se sitúa en 54,1 puntos básicos, consolidando así su nivel más bajo desde finales del 2009.
¿Cuál es la razón que explica el positivo comportamiento de la economía española en una Europa sumida en el práctico estancamiento? La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) señala cuatro factores básicos que explican la brecha diferencial de crecimiento económico de España respecto al resto de la UE. Serían el turismo, que bate récords año tras año; el intenso crecimiento de la población gracias a la inmigración; la inversión procedente de los fondos europeos, y el incremento del consumo privado.
El PIB aumenta más de lo previsto y encadena ya veinte trimestres de crecimiento continuado
El Instituto Nacional de Estadística (INE) informó ayer, en este sentido, que la economía creció un 0,8% en el segundo trimestre de este año, dos décimas más que en el trimestre anterior. En términos interanuales, el crecimiento del PIB fue del 3,1%, solo por detrás del de Estados Unidos (3,8%). Con estos nuevos datos, la economía española acumula ya veinte trimestres consecutivos de avances y diecisiete de aumentos interanuales. Como es lógico, este crecimiento económico se traduce también en el del empleo. Medido en puestos de trabajo equivalentes a tiempo completo, el empleo creció un 3,5% en tasa interanual, su tasa más elevada desde el primer trimestre de 2024.
La Encuesta de Población Activa (EPA) refleja asimismo que,
al término del mes de junio, la economía española ha creado 584.000 nuevos empleos en los últimos doce meses, hasta un total de 22.268.700 ocupados, lo que supone un récord histórico. La tasa de paro está en el 10,29%. Sin embargo aún es la más elevada de la UE. Ello refleja un grave problema estructural del mercado laboral español para el que no se encuentra solución. Persiste una gran bolsa de parados mientras los empleos disponibles deben ocuparse con inmigrantes. El incremento del empleo unido al aumento de los salarios explica, en gran parte, la buena evolución del consumo privado, que es el principal motor de la economía. Según el INE, la remuneración de los asalariados se disparó
un 7,1%, en términos interanuales, frente a una inflación de 2,7%, lo que supone es un notable aumento del poder adquisitivo.
El otro motor económico es la inversión empresarial, que también registra un buen comportamiento. En conjunto, la demanda nacional muestra una gran fortaleza. Todos los sectores económicos, excepto la agricultura, registran crecimientos positivos. Las exportaciones, pese a los problemas arancelarios, mantienen por el momento también un crecimiento anual por encima del 4%. La balanza por cuenta corriente, asimismo, ha aumentado un 9,7% su saldo positivo.
El ministro de Economía confía en poder cumplir el objetivo de crecer este año un 2,7%
El ministro de Economía, Carlos Cuerpo, afirma que los resultados del segundo trimestre respaldan el cumplimiento del objetivo del Gobierno de cerrar el año con un crecimiento del
PIB del 2,7%. La mayoría de las instituciones económicas han revisado al alza sus previsiones para situarlas cerca de dicho objetivo. Para Cuerpo, los datos actuales de la economía representan un punto de partida “ilusionante” que invita al optimismo, puesto que muestran señales claras de modernización y transformación estructural.
Pero, como también reconoce el ministro, hay retos estructurales de gran relevancia que hay que afrontar, entre los que destacan la integración y la competitividad en el ámbito europeo, la ratificación del acuerdo UE-Mercosur, el problema del acceso a la vivienda y la mejora de la productividad. Entre los desafíos no citados por el ministro, sin embargo, figura la elevada deuda pública, cuya cuantía (101,8% del PIB) supone una grave amenaza para el país en caso de que se produjera una crisis financiera, tal como recientemente ha alertado la OCDE. Esta institución reclama, en este sentido, una mayor disciplina fiscal, al igual que ha hecho el Banco de España.
En suma, hay que felicitarse por el dinamismo de la economía española en estos tiempos de turbulencias políticas. Pero no hay que confiarse ni caer en el triunfalismo. Es necesario mantener la guardia alta, afinar en las políticas económicas y conservar un clima de consenso entre patronal, sindicatos y Gobierno.