Palestina se queda sin Champions

CONFUSIÓN VITAL

Esta mañana de sábado 4 de octubre del 2025 puede pasar a la historia por la manifestación que hay convocada en Barcelona. La capital catalana puede convertirse en una de las ciudades donde más gente salga a la calle mostrando su solidaridad con Palestina y contra el genocidio que está ejecutando el Gobierno de Israel en Gaza. Como en aquel febrero del 2003, cuando Barcelona se convirtió en la fotografía que ilustraba en la prensa internacional la oposición mundial a la intervención estadounidense en Irak. Fue en la manifestación del “No a la guerra”, eslogan que luego no se ha vuelto a aplicar con la misma fuerza en otros conflictos.

Noto cierto chup-chup en Catalunya, primer lugar donde se boicoteó la Vuelta a España, en Figueres. La barbarie que se está cometiendo en Gaza, con el visto bueno de Estados Unidos y la inacción de la Unión Europea, ha activado a un sector de la población que estaba desmovilizado. Una masa transversal en edades, clases sociales, donde caben votantes de izquierdas, pero también de derechas. Aparte de Ayuso, convertida en azote de flotillas y demás perroflautas que han alzado la voz, hay líderes del PP que han hablado de genocidio.

ÉVOLE

 

MARTÍN TOGNOLA

La protesta la activa principalmente la crueldad con la que está actuando el Gobierno de Netanyahu, que no escatima en métodos inhumanos para hacerse con Gaza. La solución al conflicto es complicada. Un plan de paz encabezado por Trump no parece la mejor idea, teniendo en cuenta que hace pocos meses el presidente de Estados Unidos colgaba en sus redes un vídeo del resort en el que quería convertir la costa gazatí. Tampoco parece que internamente ni la Autoridad Palestina ni los terroristas de Hamas tengan un plan viable para los suyos y para acabar con la guerra.

A pesar de las dudas, la sociedad ha reaccionado. Lo hemos visto este jueves, tras la detención ilegal de la flotilla en aguas internacionales que el Gobierno de Israel considera suyas. En muchas ciudades se salió a la calle, entre las que destaca Barcelona, con multitudinarios actos de protesta, como el corte en la ronda Litoral.

Barcelona puede repetir el espíritu del “No a la guerra” con Palestina

El miércoles, a la hora a la que se empezaba a detener la flotilla, se estaba celebrando el otro gran evento de masas sucedido en la ciudad de la última semana: el Barça-PSG. Lo vi desde la grada, como casi siempre, y me pareció un partido raro, con un arranque de fantasía de Lamine Yamal que enloqueció al público.

La verdad es que no se entendía muy bien lo que cantábamos porque, al no haber una grada de animación, nadie dirigía la orquesta. Se lo tendría que plantear muy en serio el Barça de Laporta, porque si no, te encuentras con que 4.000 aficionados franceses hacen más ruido que los 40.000 locales. La animación barcelonista se fue apagando a medida que avanzaba el partido y se veía a un PSG muy poderoso.

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Me llamó la atención uno de los cánticos nada más empezar el partido. “Ese portugués hijo puta es”, dedicado a Luís Figo, que volvía a presenciar un partido del Barça representando a la UEFA. En el caso del luso sí que no ha habido ni oblit ni perdó. También me pareció ver en la grada más banderas independentistas de las habituales, coincidiendo con la conmemoración del octavo aniversario del 1 d’Octubre.

En todo el estadio Lluís Companys, lleno hasta la bandera, lo que no se vio fue ni una palestina, al menos desde mi posición. Igual las requisó la UEFA, que prohíbe el uso de símbolos políticos. No lo sé. Tampoco hubo, en una de las ciudades más movilizadas por la invasión de Gaza, un solo gesto de solidaridad con la población gazatí. Simplemente quería contarlo, por aquello de continuar siendo més que un club. Les dejo, me voy a la mani de Jardinets de Gràcia.

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