Paros parciales por Palestina

CC.OO. y UGT han convocado paros parciales de dos horas por turno el próximo 15 de octubre… por Palestina. Un viernes. No por la pérdida de poder adquisitivo, ni por los alquileres imposibles, ni por los mileuristas eternos, ni por los jóvenes condenados a la interinidad. Tampoco por el empobrecimiento de las clases medias, el colapso de Rodalies (atención a los nuevos datos que conoceremos hoy), los precios de la cesta de la compra o la precariedad laboral que asfixia a medio país. No. Por Palestina.

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FERNANDO VILLAR / EFE

Uno que cree en los derechos humanos y que condena sin matices la masacre que Israel perpetra en Gaza se pregunta qué sentido tiene que los sindicatos españoles convoquen a los trabajadores a paralizar por horas el país por un conflicto internacional. ¿Cuántas huelgas generales se convocaron por Siria, por Sudán, por Yemen o por la invasión de Rusia a Ucrania? Ninguna.

Los sindicatos, en lugar de liderar la protesta por lo que pasa en casa, miran hacia fuera

Es verdad que hay que denunciar el terrible genocidio, exigir el alto el fuego, reclamar justicia, pero una huelga, general o parcial, es una herramienta de presión contra tu propio Gobierno o tus propios empresarios, no un gesto simbólico de solidaridad internacional. Las huelgas no se convocan para redecorar la conciencia, sino para mejorar las condiciones de vida de quienes la hacen.

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Quizá lo que ocurre es que los sindicatos clásicos buscan una causa que los reactive. Porque se escuchan poco cuando los jóvenes encadenan contratos temporales, cuando los alquileres se comen el sueldo, cuando las pymes agonizan por la inflación o cuando la sociedad se queja de determinado funcionariado con dudosas bajas de larga duración.

Ahora, en lugar de liderar la protesta por lo que pasa en casa, miran hacia fuera. Noble, sí, pero ineficaz. Porque la empatía internacional no puede sustituir la justicia social local. Quizás sería más útil una huelga por los salarios, por la vivienda, por la educación pública, por la sanidad saturada o por los trenes que no llegan.

Huelgas por Palestina pueden activarlas las ONG, los movimientos civiles o las plataformas solidarias, como sucedió este fin de semana. Pero los sindicatos nacieron para defender a los trabajadores locales que también sufren.

Solidaridad, sí, pero no a costa de olvidar la casa propia, que hace tiempo que pide auxilio a gritos.

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