Donald Trump se sentía muy feliz en el escenario de Sharm el Sheij donde había conseguido reunir a distintos líderes mundiales que le arropaban y le brindaban un simbólico homenaje tras el acuerdo de paz alcanzado. Trump se dejó llevar por la emoción y empezó a dedicar una frase a cada uno de ellos. A Emmanuel Macron le dijo con ironía que era un día en el que tenía un perfil bajo, a Friedrich Merz le dedicó el elogio de que “era muy alto y e inteligente”, a Giorgia Meloni le dijo que era muy bella y a Pedro Sánchez le felicitó por el “trabajo fantástico” que estaba haciendo. Y es que Trump estaba de muy buen humor el lunes. Seguramente ayer ya volvió a su posición más natural y por eso amenazó a España con represalias por su baja contribución a la OTAN.
Los líderes europeos arroparon el lunes a Donald Trump
Volviendo al momento Trump de la ceremonia en Sharm el Sheij, hubo otros líderes de países europeos presentes en el estrado, pero en aquel instante del espectáculo improvisado no estaba ni el presidente del Consejo Europeo, Antònio Costa, que sí había ido a Egipto, ni la la presidenta de la CE, Ursula von der Layen, que ni tan solo fue invitada. Europa, como tal, no estuvo representada. De hecho, el presidente americano cuando fue citando a los líderes sí se refirió a la UE para decir que “son un montón de países”.
Y para Estados Unidos o para China, es mejor que la UE sea eso: un montón de países descoordinados con políticas exteriores autónomas, porque la desunión los hace a todos más débiles. La UE no se ha lucido especialmente en la crisis de Gaza porque no ha habido unidad de criterio. Alemania, el país más influyente, ha jugado siempre una carta de defensa del Gobierno de Israel que ha imposibilitado la aplicación de medidas duras y contundentes contra Benjamin Netanyahu.
Von der Layen se apresuró ayer a anunciar su disposición a que la UE participe en la reconstrucción de Gaza, pero no parece que nadie espere a los europeos. Los países árabes, Egipto y Turquía van por delante. Es duro reconocer que Netanyahu tenía razón cuando dijo que Europa era “irrelevante” en esta cuestión.