La prueba del gran pacifista

La prueba del gran pacifista
News Correspondent

Volodímir Zelenski, escamado por el rapapolvo público que le infligió Donald Trump, semanas después volvió a la Casa Blanca con un precioso palo de golf, el deporte que practica el presidente. El regalo actuó de bálsamo y, de salir a empellones, pasó a ser un amigo para siempre y con un buen paquete de ayuda militar bajo el brazo. Con más posibles, los emires de Qatar obsequiaron a Trump con un avión modelo Air Force One y el presidente de Vietnam se desdineró con un retrato repujado con piedras preciosas.

President Donald Trump greets Russia's President Vladimir Putin Friday, Aug. 15, 2025, at Joint Base Elmendorf-Richardson, Alaska. (AP Photo/Julia Demaree Nikhinson)

 

Julia Demaree Nikhinson / AP

Para alguien que cuando era un mocoso iba a la escuela en un coche con chófer, estas bagatelas ayudan a lubricar la relación, pero ni mucho menos colman su ego infinito. A punto estuvieron de conseguirlo los líderes mundiales reunidos en Sharm el Sheij. Convertidos en felpudo de sus ambiciones, le enaltecieron sin mesura, lo alabaron y glorificaron como el gran hacedor de la paz en Oriente Medio.

Más allá de la endeblez del plan de paz perpetrado, ver a los líderes de medio mundo alineados como alumnos asustados mientras esperaban una carantoña o el correctivo del maestro fue un espec­táculo grotesco. A caballo entre la vergüenza ajena y la falta de dignidad, presidentes, sultanes, primeros ministros y reyes se convirtieron en comparsas de un acuerdo que si bien ha detenido la masacre en Gaza, mantiene las heridas abiertas por los terroristas de Hamas y el Gobierno de Israel.

La verdadera prueba de fuego para el autoproclamado pacifista en jefe es poner fin a la guerra de Ucrania

La verdadera prueba de fuego para el autoproclamado pacifista en jefe es poner fin a la guerra de Ucrania. Pero Vladímir Putin no es Beniamin Netanyahu, un político acosado y cercado por la corrupción, que aspira a regatear la cárcel y los tribunales internacionales. Putin es un viejo zorro forjado en el espionaje de la guerra fría y que ha soldado su futuro a la recuperación del antiguo imperio soviético. Incapaz de conjugar una sola verdad, ha toreado a Trump hasta el ridículo, incumpliendo una tras otra todas las promesas de hacer la paz, mientras atiza la guerra en el frente.

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Rabat (Morocco), 05/10/2025.- People participate in a rally in support of the Palestinian people in Rabat, Morocco, 05 October 2025. The rally took place on the second anniversary of the Great Al-Aqsa Flood, under the motto 'The Moroccan people with one voice against genocide, against normalization, with the resistance'. (Protestas, Marruecos) EFE/EPA/JALAL MORCHIDI

El riesgo es que el niño caprichoso y malcriado se canse de jugar a pacifista, se olvide del riesgo enorme que suponen para la estabilidad europea las provocaciones de Rusia. Sin el apoyo de Estados Unidos, la resistencia ucraniana amenaza de derrumbe inmediato porque hasta ahora ni las armas entregadas ni las sanciones impuestas por la UE superan la categoría de pellizcos de monja en la curtida piel del oso ruso. Así pues, no descartemos una nueva genuflexión general de Europa con el lazo del premio Nobel de la Paz 2026 ­incluido.

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