Es una pena que la manifestación en defensa de los ciudadanos de Gaza y a favor de una solución al viejo conflicto entre Palestina e Israel sea noticia por los incidentes de un grupo reducido de violentos. Es algo a lo que ya estamos acostumbrados en Barcelona, pero que llevábamos tiempo sin revivir. Las celebraciones de títulos del Barça en Canaletas, la tradicional manifestación de la Diada o las protestas por la sentencia contra los líderes independentistas del procés han servido de coartada para que grupos de exaltados jueguen a hacer su particular revolución contra las fuerzas de orden público.
Disturibios en la manifestación por Palestina en Barelona
Nada tienen que ver los manifestantes que se pronunciaron de forma pacífica contra la situación en Gaza con los incidentes que se acabaron produciendo, pero estaría bien que hubiera una condena clara e inequívoca por parte de los organizadores y de los partidos que secundaron la manifestación. Esquerra, los comunes y la CUP han puesto más el acento en la respuesta supuestamente desproporcionada de los Mossos para repeler a los manifestantes que en denunciar los destrozos a comercios y al mobiliario urbano.
Ya hay demasiados agitadores profesionales como ese Vito Quiles, que pretendía ayer hacer un acto en la Universitat Autònoma de Barcelona sin tener permiso para ello, para generar más tensiones en las calles. Iniciativas como las de la campaña Act x Palestina, que tiene previsto promover la ayuda a la población de Gaza mediante conciertos, exposiciones y un partido de fútbol entre las selecciones de Catalunya y Palestina, es la mejor vía de sensibilización para alertar sobre el futuro de la franja. Queda todavía mucho por hacer y grandes dudas sobre los siguientes pasos a dar para garantizar la paz y la reconstrucción de las zonas bombardeadas.
Pero no tiene sentido reivindicar a Palestina con ataques gratuitos a establecimientos o persiguiendo símbolos judíos. La comunidad israelí que vive en Barcelona no tiene nada que ver con Benjamin Netanyahu y hay que recordar que en el propio Israel se repiten constantemente manifestaciones en su contra. Por mucha indignación que despierte el genocidio de Gaza, no se debería caer en la agitación gratuita, que no ayuda a la causa que se quiere defender.