Usos y husos

Ha sido atrasar las manecillas del reloj y entrar en el horario de invierno y todo se ha oscurecido. Desde luego, la cosa política. Ya saben ustedes: que si Junts y Puigdemont, que si la comparecencia de Pedro Sánchez en el Senado, que si la bronca desatada entre socialistas y populares, con los principales contendientes en el fango y con la conmemoración del primer aniversario de las riadas en Valencia para dejarnos claro a todos que el barro manchó y salpicó más de una gestión (o la falta de ella).

Agítese todo convenientemente y añádanse unas gotas de corrupción y algún insulto como picante adicional y, con un poco de manipulación como saborizante artificial, pues nos queda un estupendo cóctel que redes sociales, tertulianos y algunos medios de comunicación nos sirven flambeado para calentar este otoño y prepararnos para el invierno de nuestro descontento. Ese en el que Vox y Aliança Catalana, cada uno desde su radical nacionalismo –tan diferentes y tan parecidos–, empiezan a prometérselas muy felices para cuando lleguen nuevas contiendas electorales.

Sánchez ha estado listo y oportuno, sin meterse en el jardín de con qué hora nos quedaríamos

Y, sin embargo, cuando parece que ya no le quedan más conejos y palomas que sacar de su chistera, el mago Sánchez siempre sorprende con un truco nuevo. El penúltimo ha sido subirse al carro de una reivindicación muy mayoritaria entre la ciudadanía española y casi diría que europea, o séase, que se acabe el cambio de hora y la alternancia entre horario de verano y de invierno. Lo dicho, este presidente es un genio proponiendo temas que no le cuestan dinero y que le sirven para subirse otra vez a una ola que le viene dada. ¡Es un auténtico surfero de la cosa pública, aunque su tabla parezca inestable y cada día un poco más corta! Habrá que empezar a compararlo con Estela Plateada, aquel Silver Surfer de la Marvel creado por Jack Kirby, extraterrestre de piel metálica que se enfrentó a Galactus, el devorador de mundos.

Un poco de historia apresurada sobre el huso horario español y nuestros usos y costumbres. Somos, se dice, la nación que se va a dormir más tarde de la Unión Europea. Podría ser porque nos regimos por un horario que geográficamente no nos corresponde y que ni siquiera es natural ni acorde al horario solar. Creo que es sabido que en 1940 Francisco Franco adoptó la hora alemana por evidentes simpatías con el régimen nazi. Los muchachos del Tercer Reich también habían impuesto su huso horario en Francia, por cierto, y ahí sigue.

20 - 09 - 2022 / Barcelona / Universitat de Barcelona / Restauracion torre reloj rellotge en la universidad / vistas de pelayo y plaza universidad / Foto: Llibert Teixidó

 

Llibert Teixidó

Nosotros olvidamos a menudo que somos un país tan atlántico como mediterráneo. Y que nuestra hora digamos que más natural nos hermanaría con Portugal y el Reino Unido. De hecho, en algún momento hubo la posibilidad de que la capital de aquella España imperial se hubiese establecido en Lisboa en lugar de optar por Madrid. Pero mejor no divago ni le doy vueltas al año del Señor de 1640.

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Lo de alterarnos los biorritmos y atrasar o adelantar la hora viene, también lo sabrán ustedes, de la crisis del petróleo y de los años setenta del pasado siglo, pero hay un casi consenso general en que su aplicación no supone ya ningún ahorro significativo de energía, mientras que no ha parado de crecer la ola que considera el cambio horario un trastorno evitable.

Ahí, una vez más, Sánchez ha estado listo y oportuno y se ha subido a su tabla para surfear el momento. Y lo ha hecho sin meterse en el jardín de con qué hora nos quedaríamos en esta España nuestra. Porque, dado que nuestra productividad sigue siendo justita, tal vez sería el momento de decidir si somos un país de madrugadores o de trasnochadores. Y ya les reconozco yo que a la mayoría pienso que nos deprime este horario de invierno que hace que anochezca demasiado temprano para nuestros hábitos y usos sociales.

Puestos a elegir, mejor levantarse con menos luz y cumplir con lo que esperan de nosotros nuestros turistas. Pero habrá que esperar, porque todo esto, al final, será una componenda por negociar y debatir en Bruselas, donde la luz del sol brilla poco en invierno por más cambio climático que le echen.

Regresemos por un momento a Valencia… Si alguien entre las autoridades del Estado supo leer la hora y mancharse de barro, esos fueron los Reyes.

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