Ni todo el mundo es bueno, ni todos los ladrones son gente honrada. Pero se diría que un sector de la izquierda cree que los malos son como el Caco Bonifacio del Tío Vivo de mi infancia, ladrón de profesión, que paradójicamente era un tipo honrado, bonachón y cándido, que iba por la calle con antifaz de delincuente para ser fácilmente identificado. Los mismos partidos que piden grandes condenas para los malhechores de cuello blanco consideran que los cacos de medio pelo son individuos que no merecen ser protegidos pero tampoco asediados. Como si los dos conceptos fueran excluyentes. Si leyeran más a Shakespeare, sabrían que escribió que “la clemencia que perdona a los criminales es asesina”.
El Congreso ha reactivado la ley propuesta por Junts para abordar la multirreincidencia. Fue aceptada a trámite en abril del 2024, pero el proceso embarrancó tras la presentación de enmiendas. Su estancamiento es una de las quejas de Carles Puigdemont con el PSOE, así que los socialistas han respaldado el inicio del trámite, a pesar de que sus socios de Gobierno están en contra. El PP está de acuerdo en reformar el Código Penal con esta ley y el PSOE también, aunque arrastrando los pies.
El PSOE reactiva la ley de multirreincidencia presentada por Junts, a pesar de sus socios
Sin embargo, el alcalde Jaume Collboni ha hecho de la lucha contra la multirreincidencia uno de sus caballos de batalla y cuenta con el apoyo de Salvador Illa. El director general de la Policia autonómica, Josep Lluís Trapero, ha puesto de manifiesto que en Barcelona 400 individuos han hecho de la multirreincidencia su modus vivendi. Uno de esos perlas ha sido detenido cien veces. La semana pasada fueron puestos en libertad por la jueza tres individuos que habían cometido 70 actos delictivos, por los que tenían antecedentes, multas pendientes e incluso uno estaba en situación irregular.
No se trata de meter a todo el mundo en la cárcel, como en la película de Berlanga, sino de defender la libertad de las personas y la seguridad de los individuos con la ley. La democracia es también que uno pueda ir por la calle sin que le roben el móvil, la cartera o el reloj. Y quienes hacen de eso su oficio no pueden campar a sus anchas. También para no dar argumentos a la extrema derecha.
